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En guardia: trescientos cincuenta efectivos

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Policía sólo afuera del estadio de Peñarol; y el cacheo lo harán guardias contratados por el club que, igual que árbitros y porteros tendrán apoyo de la Guardia Republicana.

Alrededor de 350 efectivos, entre los de la Jefatura de Policía de Montevideo, la Guardia Republicana y la Dirección Nacional de Policía Caminera, más los correspondientes a la guardia privada contratada por Peñarol, y los pertenecientes a las Unidades de Respuesta de la Policía de Montevideo (patrulleros) que reforzarán el recorrido y la vigilancia habituales en las avenidas y calles de la zona de influencia de Danubio por donde transitará una gran parte de la hinchada de Peñarol para llegar al estadio "Campeón del Siglo", estarán abocados al control de la seguridad en torno a la disputa del primer partido con carácter oficial que los aurinegros jugarán mañana ante el equipo de la Curva de Maroñas en su flamante estadio.

Garantías.

Según precisó, ante la consulta de Ovación, el Jefe de Policía de Montevideo, Crio. Mayor (R) Ricardo Pérez, alrededor de 120 agentes policiales cumplirán tareas exclusivamente en la zona perimetral externa al estadio, porque tanto en las puertas como en el interior del mismo quienes se encargarán de la seguridad serán los guardias privados de una empresa contratada a tales efectos por Peñarol, mientras que unos 70 integrantes de la Guardia Republicana se ocuparán de la custodia de la cuarteta arbitral y, además, "darle apoyo y garantías a los funcionarios (porteros) de la AUF" que controlarán el ingreso del público al escenario, como también a los 100 integrantes del personal de seguridad que presta ese servicio a los aurinegros, y que ahora será el que se encargará —en vez de la Policía, como ocurría antes— de realizar el "cacheo" a los hinchas en un cerco que se establecerá a cierta distancia de las bocas de entrada.

Multas.

A ese contingente, se sumarán —según precisó el Jefe de Policía de Montevideo— entre 15 y 20 efectivos de la Policía Caminera que, como enfatizó el jerarca, no tendrán por cometido aplicar multas en forma directa a quienes transgredan la prohibición de estacionar sus vehículos en las rutas nacionales, la 8 y la 102 en este caso, sino que "indicarán y dispondrán dónde se podrá hacerlo, de acuerdo a los espacios que haya, teniendo en cuenta que se asegure la normalidad y fluidez del tránsito por las vías de acceso al estadio"; y también hay que agregar los agentes de los patrulleros que, en número superior al habitual (10), recorrerán Avda. 8 de Octubre, Cno. Maldonado y calles aledañas a lo largo de la zona por la que el grueso de la hinchada de Peñarol pasará rumbo al estadio.

Inquietud.

En torno a este último aspecto, según indicó Enrique Ares, jefe de la seguridad de Danubio, los representantes del club de la Curva de Maroñas plantearon una inquietud, sobre todo a las autoridades de CUTCSA, para que "la empresa ponga ómnibus de línea que salgan desde las inmediaciones de la sede hacia el estadio", en vez de pasar por ahí pero procedentes desde otros lugares, "para evitar que los hinchas nuestros suban a los que ya vienen cargados con los del adversario".

Con referencia a esto último no ha habido definición, porque no se trata de que las autoridades de CUTCSA se muestren contrarias ni reticentes a la iniciativa, sino que han expresado que si la empresa presta ese tipo de servicio diferencial puede quedar condicionada a tener que hacerlo con todos las demás instituciones que lo soliciten de acá en adelante.

Desafío.

Así, pues, bajo estos lineamientos, actores públicos y privados que en los tiempos que corren han cobrado cada vez mayor protagonismo e importancia en el desarrollo de los espectáculos del fútbol uruguayo de entrecasa, se aprestan —en cierta medida, en forma conjunta; y en alguna, también, no tanto (ver declaraciones adjuntas del presidente de CUTCSA, Juan Salgado)— a afrontar el desafío que representa la disputa del primer partido oficial en el "Campeón del Siglo", porque la escenografía popular en medio de la cual transcurrieron los eventos inaugurales del 28 y 29 de marzo pasados, con asistencias superiores a las 30.000 personas, tuvo un carácter excepcional, mientras que el "paquete" de seguridad y servicios que demandará un partido como el de mañana entre Peñarol y Danubio, debería ser el patrón a seguir en torno a los encuentros que se disputen con regularidad en el nuevo estadio.

Casi una final, de acuerdo a lo que dejan trasuntar detalles colaterales y hasta secundarios, aunque importantes, como lo demuestra la circunstancia de que el ómnibus que llevará a Danubio desde la concentración del Hotel Cottage en Carrasco hasta el estadio irá precedido por un par de motos policiales que le abrirán paso, como el 28 de marzo pasado ocurrió con la comitiva presidencial encabezada por Tabaré Vázquez; pero…una final al comienzo de un campeonato: el de la gran mayoría de los partidos que Peñarol jugará en el "Campeón del Siglo" de ahora en adelante, según la coincidente opinión de Ricardo Pérez, Juan Salgado, Enrique Ares y Nicolás Castiglioni (ver aparte), jefe de seguridad aurinegro: "Lo de la inauguración fue diferente algo que se puede dar muy de tanto en tanto; esto, en cambio, es algo totalmente nuevo, y sobre las conclusiones que saquemos de cómo se desarrolle todo el sábado, habrá aspectos que se van a ir corrigiendo y ajustando".

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