Su caso se multiplica por miles en los Estados Unidos, donde el capitán argentino no es tan popular como en el resto del mundo.

Entre las decenas de historias curiosas respecto al desconocimiento que buena parte de la población de este país tiene de Lionel Messi, la pequeña anécdota de Marco López merece un apartado.

Se trata de uno de los guardias de seguridad del predio de Spartans Camp, donde la selección de Martino se entrenó desde que llegó a esta ciudad a disputar la Copa América. Fue más de una semana de convivencia entre este hombre simpático y las estrellas de Argentina.

Una tarde, cuando se habían terminado los 15 minutos permitidos para que la prensa observara la práctica, la mayoría de los enviados de los medios se quedó a un costado para enviar sus materiales a las diferentes redacciones.

López, cumpliendo con su trabajo, permanecía allí, vigilando que nadie quisiera filtrarse a ver el entrenamiento. Fue entonces que se dio este curioso diálogo en inglés, la lengua del guardia, que nació en San José.

-¿A usted le gusta el fútbol?

-No mucho. La verdad es que prefiero el fútbol americano.

-¿Y lo conoce a Messi?

-¿A quién?

-A Lionel Messi.

-No, no sé quién es.

-Juega en el equipo argentino que se está entrenando acá.

-Ah... ¿Y es bueno?

López, siempre sonriente, no se inquietó demasiado cuando escuchó que sí, que ese a quien él no conocía y que practicaba a diez metros de su posición, era realmente bueno.

COPA AMÉRICALA NACIÓN/GDA