El conjunto paraguayo eliminó al Corinthians tras vencerlo 1-0 en San Pablo y certificó así su histórica clasificación a los cuartos de final del certamen continental.

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Con los dos goles logrados en la ida en Asunción como valiosa renta, el Guaraní logró poner de los nervios al poderoso Corinthians, que acabó el partido con nueve jugadores tras las expulsiones de Fabio Santos y Jadson.

El remate lo dio Fernando Fernández ya en el descuento, y cuatro minutos después de haber salido al campo, cuando certificó la humillación del "Timao" y batió a Cassio ante una Arena Corinthians sin aliento.

Consciente de lo que se jugaba, el Corinthians salió con ímpetu al gramado de su arena mundialista. Desde el principio dejó claro quién era el dueño del juego y quién iba a marcar el ritmo de un partido que, sin embargo, le acabaría explotando en la cara.

Cuando en el minuto 5 Jadson remató una bola cruzada en el área por Fabio Santos, muchos hinchas blanquinegros se recostaron en sus asientos. Ese balón acabó en las manos del guardameta paraguayo, pero era cuestión de tiempo que volviera el peligro al área guaraní.

No se cumplían los diez minutos y esta vez fue Elias quien dio el segundo aviso con una volea en la esquina del área pequeña que se fue por un suspiro.

El asedio brasileño al campo paraguayo era constante y a Alfredo Aguilar apenas le daba tiempo para secarse el sudor entre ataque y ataque. Elías no dejaba de ofrecerse por la izquierda, mientras un apagado Guerrero se revolvía en el área buscando el balón.

Pero el guión comenzó a ser demasiado repetitivo y el Guaraní dejó de temblar con cada balón que el "Timao" colgaba desde los laterales al área. Al Corinthians le faltaba concretar tanta insistencia y Aguilar tenía una buena noche.

El Guarní, por su parte, cerraba los ojos ante tanta embestida, sabiendo que hacía 49 años que no se veía en una de éstas.

El enésimo 1-0 pudo venir con un disparo al borde del área de Guerrero, que el arquero paraguayo palmeó in extremis, mientras al Arena Corinthians se le escapaba un suspiro.

No brilló en toda la noche el peruano para felicidad de los paraguayos, que veían el ataque como una opción descabellada con sus dos goles en la maleta.

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