UNA GAMBETA

EDWARD PIÑÓN

Hay motivos de sobra para estar agradecidos, para reconocer que su trabajo ha sido fructífero. Hay que entregarle el lugar que se merece. Aceptar que proyectó futbolistas, que consiguió rendimientos de gran destaque de ellos, que hasta logró que la Sub 20 de Uruguay entregara buenas sensaciones por su capacidad de juego.

Uruguay figuró y se destacó en las competencias internacionales. Incluso las definió. Y si eso fue posible en gran medida fue porque Fabián Coito supo elegir y supo armar un equipo.

Coito hoy quizás tenga un pie en el estribo porque no se le ha escuchado atentamente, porque no se lo ha protegido como es debido y porque tampoco ha logrado un mayor espacio en el proceso de las selecciones uruguayas.

Sería bueno que el fútbol uruguayo todo le haga ver que su papel es muy necesario. Que además de palmearle el hombro le hagan llegar una oferta concreta para que ni el Sudamericano 2019 ni el Mundial de la categoría le baje la cortina a su vínculo.

A esta altura parece ser una cuestión ineludible y que debería hasta tener el respaldo de Óscar Tabárez.