Hace casi una década y media que es el presidente de Liverpool. Hoy, le toca estar al mando del club en el aniversario número 100, lo que es todo un orgullo para él. Auténtico, serio, con ideas claras y haciendo hincapié en la importancia de tener un hilo conductor. Él es José Luis Palma. 

—¿Qué significa ser el presidente de Liverpool en el momento que el club está cumpliendo los 100 años de vida?

—Una gran alegría, un gran orgullo, pero, por sobre todas las cosas, una gran responsabilidad, ya que de por sí es importante cumplir 100 años, pero lo más significativo es cómo los cumple. Con toda la energía para seguir adelante en un año en el que el fracaso deportivo increíblemente significó el punto de partida para la refundación de la institución, basadas en reservas que el tiempo fue acumulando en distintos aspectos. Con posteridad a lo que fue aquella triste tarde del 18 de mayo en el que el pitazo final de Darío Ubriaco en el partido contra Cerro, significó un golpe durísimo para todos, lo que más quería era que se terminara rápido ese día porque tenía la convicción que al día siguiente iba a amanecer con la fuerza para poder revertir esa situación. Fue así que dejamos pasar unos días sin tomar decisiones importantes ya que para nosotros el diagnostico era muy claro, que se trataba de una desgracia circunstancial, pero para nada el club debía renunciar a su camino, que era el de mantener cada vez con más firmeza lo que han sido los principios conductores de toda la historia.

—¿No le genera un poco de impotencia justo ahora estar en Segunda División?

—No, porque el 15 de febrero estamos en Segunda, sin embargo, terminamos un medio año deportivo espectacular, que sería una hipocresía de nuestra parte no reconocer que prácticamente ya estamos volviendo a Primera porque es muchísima la diferencia lograda, pero además son dos que ascienden directo; terminar invictos en 14 partidos, la valla menos vencida, el equipo más goleador, disputar este campeonato con jugadores que la mayoría son formados en el club, en juveniles haber salido campeones de la tabla anual en la temporada 2014. Son muchas cosas positivas.

—¿En lo institucional, a qué apunta Liverpool en los próximos años?

—En lo institucional estamos mejor porque Liverpool tiene en lo económico un patrimonio en bienes muy alto, cercano a los 15 millones de dólares, que tuvo un cierre económico en el ejercicio de casi dos millones de dólares de superávit, pero también tuvimos superávit el pasado ejercicio y el anterior. Liverpool facturó en los últimos tres años más de ocho millones de dólares libres por venta de jugadores. Además, Liverpool acaba de adquirir un predio de 16 hectáreas para construir un complejo con 10 canchas, más cuatro hectáreas destinadas a infraestructura edilicia.

—Históricamente, ¿cómo define a Liverpool?

—Como un camino. Liverpool ha tenido una seriedad dirigencial desde sus fundadores, pasando por la presidencia de Daniel Fernández Crespo, después un quinquenio fabuloso que fue la operación coraje de la mano de personalidades muy sobresalientes como Rodolfo Larrea. En la última cuarta parte del siglo lo que fue la figura de Fidel Russo. No puedo nombrar a todos, pero los tengo en la memoria. Hay un hilo conductor en lo que ha sido la seriedad y la dignidad de la dirigencia. Pero también hay otros valores a destacar, Liverpool ha logrado mantener una independencia en todos los órdenes, que lo ha llevado muchas veces a quedar solo en algunas decisiones importantes. En ese camino hemos tenido momentos importantes, incluso en lo deportivo, muy cercanos a lograr el campeonato uruguayo en ese quinquenio y hasta 7 u 8 jugadores en la Selección.

"No es una obsesión ganar un campeonato. Si en el transitar por nuestro camino nos tropezamos con eso, bienvenida sea. Ganar un título es una materia pendiente sobretodo para el hincha; para mí, si viene bienvenido, y que venga de la mano al apego de los principios, pero no vamos a hipotecar el futuro del club en pro de ese logro".

JOSÉ LUIS PalmaJUAN PABLO ROMERO