CATAR 2022

Sin quererlo, las Ligas de Europa que amenazan con impedir la asistencia de los futbolistas a sus selecciones nacionales, terminaron de formar un bloque político muy grande. No se trata de un documento que lo oficialice, pero sí de gestiones emparentadas, y permanentes. Es que ahora la Confederación Africana de Fútbol (CAF) reaccionó igual que Conmebol y exhortó al gobierno británico una excepción en la regla que obliga a los viajeros que ingresan a Inglaterra desde países que se encuentran en una lista roja a realizar una cuarentena de 10 días en un “hotel Covid”.

Esta postura africana, similar a la que ya inició el propio presidente de la FIFA, Gianni Infantino con el Primer ministro Boris Johnson, es uno de los aspectos sustanciales que permiten entender a las autoridades del fútbol sudamericano que ninguna de las cuatro grandes ligas europeas que prácticamente se levantaron en rebeldía podrán sostenerse con firmeza.

Para empezar, el análisis que se hace desde Uruguay y el resto de los países miembros de Conmebol, es que la única federación que mandó un comunicado fue la FA inglesa. Ni la Real Federación Española ni la Federación Italiana ni la Federación Francesa o Portuguesa comunicaron una negativa a la cesión de los futbolistas de las selecciones nacionales.

Salvo en Inglaterra, donde la FA se excusó de no haber podido lograr una mediación exitosa ante su gobierno, queda bien claro que se trata de una acción liderada por los propios clubes, los cuales incluso -al menos en España- resolvieron comunicar a los futbolistas sudamericanos que no podrán unirse a los combinados “a la espera de que se aclare la situación y problemática actual”.

Aunque el foco se está poniendo en el hecho de que el periodo de competencia en las Eliminatorias Sudamericanas se alarga mucho más que en otras confederaciones, lo que supone una carga mayor para los futbolistas, a lo que también hay que agregarle el periodo de cuarentena establecido en el Reino Unido, quizás la verdadera razón del diferendo esté centrado en el intento de independizarse de FIFA o, si se quiere, en lograr una autonomía que no pudo ser obtenida cuando se intentó crear la Superliga de Europa.

Pero sin perjuicio de las interpretaciones que puedan realizarse sobre el tema de fondo, lo más notorio es que FIFA, liderada por Gianni Infantino, asumió un compromiso con Conmebol cuando la pandemia de coronavirus se encontraba en un punto diferente en Sudamérica y los clubes europeos encontraron la excepción para tener éxito en su negativa de ceder a los futbolistas. Eso ocurrió en marzo pasado.

Aquella suspensión es lo que terminó originando, con aceptación de UEFA, de armar en septiembre y octubre una triple fecha de Eliminatorias en lugar de doble jornada.

Eso hizo, por ejemplo, que se negociara la fecha de retorno de los futbolistas a los clubes europeos. Lo que terminó acordándose es que el plazo de ampliación de concurrencia a las selecciones fuera de once días para que los jugadores tengan más descanso entre los viajes de los partidos.

El problema para Europa, por lo que se establece actualmente, es que un regreso de jueves o viernes dificulta la actuación de los jugadores en una nueva jornada liguera del fin de semana. Quizás algunos no puedan competir y otros si lo hacen aumentarán su carga de física.

En la Premier las instituciones deportivas encontraron como salida la medida del gobierno que establece que aquellos viajeros que retornan de países con alta incidencia de COVID 19 tienen que guardar una cuarentena obligatoria de diez días. Y en un establecimiento que no es su casa, sin posibildades de moverse de la habitación y recibiendo la alimentación que quizás no sea la conveniente para los deportistas. Ese elemento, por ejemplo, fue defendido por la FA en la nota que remitió a la AUF, para hacer ver que se estaría generando un perjuicio más grande a los jugadores.

Pero en este terreno ya dejó de ser un problema exclusivo de Sudamérica o de Conmebol, porque en un comunicado oficial la CAF hizo saber que exhortó “al gobierno británico” que permita “una excepción para permitir a los jugadores africanos que representen a sus países en las próximas Eliminatorias para la clasificación al Mundial de Catar 2022”. Hay un emblemático caso en la Premier que es el del egipcio Mohamed Salah, pero muchos otros futbolistas que también se verían perjudicados por no poder concurrir a sus selecciones nacionales.

Justamente, los futbolistas son los que se encuentran preocupados porque las exigencias de sus clubes son constantes y están quedando en medio de una disputa política de alto vuelo.

No puede olvidarse, por ejemplo, que esta historia ya se vivió en noviembre de 2020, cuando Martín Cáceres se vio obligado a romper una burbuja de la Fiorentina para poder sumarse a la Celeste. O lo que sucedió en octubre, también del año pasado, cuando FIFA desarticuló la movida europea que amenazaba con impedir que los jugadores vinieran al continente sudamericano.

Igualmente, lo que sí está claro es que tanto AUF como el resto de las federaciones o asociaciones sudamericanas se plantaron con firmeza.

Como indicó ayer a Ovación un integrante del Ejecutivo de la AUF, los pasajes están comprados, la operativa logística, con todas las dificultades que existen en la actualidad para realizar las conexiones, absolutamente definida” y no habrá cambio de planes.

“Los jugadores van a venir y las tres fechas de las Eliminatorias se van a jugar”, añadió el neutral.

La confianza que existe nace de los propios mensajes que llegan desde Asunción, de tranquilidad absoluta de que Infantino pondrá las cosas en su lugar, porque esta “batalla no la puede perder”.

En Sudamérica se entiende que ni siquiera podrá tener resultado positivo la postura inglesa, el más duro de todos, porque caso contrario todas otras Federaciones podrían tratar de acompañar con medidas similares.

Quizás la salida pueda aparecer por la aceptación del Reino Unido de contemplar que habrá una burbuja sanitaria y que se podría organizar un corredor sanitario especial para que los futbolistas no tengan contactos con personas ajenas a la delegación que se conforma para la competencia deportiva.

Tanto Conmebol como la Confederación Africana se han encargado, por ejemplo, de recordar que en un pasado reciente se permitió una excepción similar -de saltear la cuarentena obligatoria- a los jugadores que participaron en la Eurocopa 2020 disputada con semifinales y final en el estadio londinense de Wembley.

Si eso fue posible para los futbolistas europeos debería ocurrir exactamente lo mismo con los jugadores africanos, mexicanos o sudamericanos.

Una postura radical que haga oídos sordos a estos pedidos de FIFA, Conmebol y CAF, lo que provocará en el continente sudamericano es la reacción de todos los países miembros. Como fue informado por Ovación, si no vienen los jugadores no se jugará. Y el problema será muy grande.