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Una gran apuesta: Federico Martínez se la jugó por el fútbol

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LIVERPOOL

Después de sus tres goles le costó llevarse la pelota, pero hoy está en su casa del Cerro firmada por todos

Apenas terminó el partido frente a Boston River en el Complejo Rentistas, Federico Martínez corrió hacia la pelota. Era la primera vez que convertía un hat-trick en Primera División y nada iba a impedir que se la llevara. “Uno de los líneas me la quería sacar. Supuestamente, había que dársela a Boston River y después me la daban. Pero era obvio que si se la entregaban a Boston River, no me la iban a dar más. No se la di y después se metieron otros compañeros en el medio diciéndome que no se la diera. Y al final el juez dijo que me la dejara y por suerte me la terminé llevando”, contó Federico Martínez.

El autor de los tres primeros goles negriazules en la goleada 4 a 0 ante Boston, llevó la pelota ayer al entrenamiento para que sus compañeros se la firmaran. En juveniles ya había hecho dos veces tres goles, pero nunca había podido llevarse el balón. No se estilaba en ese momento en divisiones menores.

Por eso la pelota ocupa un lugar de privilegio en el hogar que Federico comparte desde hace unos meses con su novia Valentina. Allí también se destacan los dos trofeos que ganó el año pasado cuando fue elegido por la AUF como el mejor jugador de los meses de marzo y octubre.

EL BAJÓN. Los tres goles le vinieron como anillo al dedo al mediapunta, que no había iniciado bien el Torneo Apertura. Es que en el último período de pases pudo haber salido al exterior, pero no se dio. Y eso lo bajoneó un poco. “Tenía una gran ilusión de salir para seguir progresando, pero no se dio. Pasaron muchas cosas con mi representante de entonces. Con el campeonato que había hecho el año pasado aposté todo a dar un paso más en la carrera, pero no se pudo. Arranqué el campeonato un poco desmotivado, pero por suerte tuve el apoyo de mi familia y de mis compañeros y del cuerpo técnico. Esto de los tres goles me da mucha confianza para seguir adelante”, afirmó.

El sábado de noche, tras los tres tantos, hubo festejo. Fue a cenar con Valentina en Punta Carretas. “Por lo general después de los partidos, si ganamos, siempre salgo. A comer o al cine”, contó quien elige su tercer gol como el mejor. “Por cómo se dio la jugada, por cómo salimos jugando. Caballero habilita a Olivera y él me la dejó al medio. Pero antes hubo una jugada colectiva muy linda. Y el primero también me gustó por cómo me abrí y metí la diagonal y el pase perfecto que me dio Caballero. Además, fue muy temprano, a los 10’ y eso también tuvo que ver”.

Salir al exterior y conseguir un título con Liverpool son los grandes objetivos de Federico, aunque no oculta que su gran sueño es vestir algún día la camiseta celeste. “Si es por soñar me gusta el fútbol inglés, pero hay que ir paso a paso. Sé que en el exterior uno se puede potenciar más”.

Se crió en el Cerro, donde hizo el baby fútbol en Las Flores y el Zorzal. También pasó por el fútbol infantil de Defensor Sporting, pero le quedaba muy lejos. Y los horarios no le servían por la escuela. Hasta que un captador le dio una tarjetita y así llegó a Liverpool, cuando tenía 13 años.

NERVIOS. Hizo todas las formativas en Belvedere y a los 19 lo subió Gabriel Oroza durante su interinato. “Lo había tenido en Cuarta y me dio la oportunidad de entrenar en Primera. Y me hizo debutar ante Nacional. Estaba muy nervioso. Debutar en Belvedere y frente a un equipo grande fue maravilloso. Me llamó para entrar, pero justo nos hicieron un penal y me mandó para atrás. Casi me muero, más nervios todavía. Al final terminé entrando, por suerte”, relató. “Liverpool es un club distinto a muchos. Trabaja muy bien, te pagan en fecha y no nos hace falta nada. Le está faltando un título. Lo hemos buscado, pero no lo hemos podido conseguir. Sabemos que es muy complicado, pero es el plus que le falta a Liverpool. Y se lo merece”.

Le cuesta reconocer qué es lo mejor que tiene dentro de una cancha, hasta que admite que la velocidad es su gran fuerte. Y que la aprovecha para entenderse bien con el “Colo” Ramírez.

“Por lo general soy muy tranquilo y suelo tener buen humor. Soy bastante alegre, pero no siempre. Depende del momento. Soy muy cambiante”, reconoció.

Su única vocación es el fútbol, pero tiene claro que debe terminar el liceo. Cursó hasta Sexto de Derecho, pero le quedan dos materias de Quinto y unas cuantas de Sexto. “Sabía que tenía que estudiar, pero siempre me tuve fe y confianza en el fútbol. También tuve el apoyo de mis padres y aposté todo a esto. Por suerte se me dio. Ahora tengo que seguir adelante”.

amor
Amores. Con su pareja Valentina y el perro bulldog Buda. Foto: Leonardo Mainé.
convivencia

Un guiso que le queda muy bien

Con Valentina se conocen desde niños, del barrio. Las familias de ambos eran amigas y muchas veces se encontraban. “A veces yo iba a los cumpleaños del padre o el hermano y nos empezamos a conocer ahí”, contó sobre su novia de hace cinco años. “Ella tenía 15 años y yo 17”, agregó. Viven juntos desde septiembre del año pasado junto a un simpático bulldog llamado Buda.
“Al principio fue un poco extraño, porque era una experiencia nueva, pero la vamos llevando muy bien. Ella me apoya mucho, está siempre escuchándome y lo valoro muchísimo”, dijo sobre su pareja, que había arrancado con medicina y se cambió para enfermería. Valentina anda muy bien en la cocina, pero Federico no se queda atrás. “Hago un guiso de arroz que me queda muy bien. Me animé un día y empece a meter cosas adentro de la olla. También miré un poco en internet, je. Pero me quedó bárbaro. Después probé con un tuco, pero no me queda tan bien”, contó el negriazul.

selección

"A Messi no hay quien lo iguale"

No tuvo pasajes por las selecciones juveniles celestes. Hoy a los 23 años no pierde la esperanza. “Sé que está muy difícil para entrar a la selección con los jugadores que hay, pero la ilusión nunca la voy a perder. Tengo unas ganas enormes de estar en la selección. Siempre trato de dar el máximo de mí pensando que algún día voy a poder estar ahí”, reconoció el admirador de Messi.
“No es que lo imite, aunque quisiera no podría. Es un crack, no hay otro que lo iguale. Es el mejor del mundo, por lejos”.

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