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Gracias a Matías Alonso

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Peñarol ganó el Apertura y todo lo demás es anécdota: si jugó bien, mal, lindo, feo; si los demás dejaron escapar la oportunidad, si al aurinegro le perdonaron algunas tarjetas (como la roja a Forlán en el clásico) o si a Nacional le cobraron demasiados penales a favor.

DANIEL ROSA

Sin embargo, por más anecdótico que hoy sea todo lo ocurrido, hay que darle gracias a Matías Alonso por haber fallado el cabezazo ante Peñarol en el Centenario.

Si hubiera sido gol y Juventud empataba, Nacional hubiera sido campeón. El escándalo hubiera sido, por lo tanto, mayúsculo. En el Centenario pudo haber ardido Troya; y en los días posteriores en la AUF, en los alrededores de la oficina del Colegio de Árbitros, habría existido un aquelarre con el árbitro Javier Bentancor en el medio como figura demoníaca.

Él sancionó el penal inexistente de Jorge Bava contra Santiago Romero y por más disculpas que hubiera pedido (como lo hizo al reconocer su error), nada habría calmado los ánimos aurinegros.

Peñarol fue campeón, pero ojo que Liverpool aún puede ser víctima por ese fallo. ¿Y si desciende por un punto?

El Análisis

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