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Gonzalo Bergessio, nacido para ser capitán de Nacional

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Gonzalo Bergessio

TORNEO CLAUSURA

El argentino lleva la cinta, hace goles y contagia. El tricolor logró un triunfo impostergable con merecimiento más en la actitud que en el fútbol.

Los hinchas de Nacional se ponen de pie. Algunos gritan, pero todos aplauden hasta que les quedan las manos rojas. Allá abajo, en la cancha, el cuarto árbitro Fernando Falce tiene el cartel luminoso levantado que muestra en verde el número 29 de Thiago Vecino, quien entra, y en rojo el 9 de Gonzalo Bergessio, que se marcha.

Van 85 minutos y el tricolor vence 1-0 a Fénix. El partido no está liquidado ni mucho menos, pero tampoco da la impresión de que la vuelta al triunfo corra riesgo, porque el albivioleta no tiene poder ofensivo. Raro: justo a un equipo de Juan Ramón Carrasco le cuesta generar peligro, aunque le ha pasado a lo largo de todo el segundo semestre.

Mientras los aplausos se tornan ensordecedores al punto de tapar a la voz del estadio, desde el césped el capitán se saca la cinta que porta en el brazo izquierdo, se la da a Sebastián Fernández —quien ingresó unos minutos antes— y responde a tanto cariño tocándose el corazón y el escudo en el mismo movimiento. No se sabe cómo, pero los aplausos se hicieron más fuertes todavía.

Bergessio es hoy, sin ninguna duda, el símbolo y líder que tiene Nacional. No solo hace los goles (lleva 20 en el año), sino que marca el camino. Los delanteros tienen la misión de anotar y él la cumple. Los que además son líderes lo demuestran convirtiendo el tanto más difícil, el primero para abrir el marcador; y el cordobés también lo hace. Pero además es el que contagia, el que pauta de alguna forma la intensidad emocional de Nacional.

En la lista de necesidades básicas, la del tricolor anoche era ganarle a Fénix sin ponerse tan puntilloso en el cómo. El mérito que se le debe marcar al técnico Álvaro Gutiérrez es la valentía. Se afilió a la teoría de que si uno quiere que las cosas cambien, tiene que empezar por cambiar uno.

Luego de las derrotas ante River Plate (3-1) primero y Cerro Largo luego (1-0), tocó el equipo. Sacó a Rafael García y abandonó el 4-1-4-1 para pasar al 4-2-3-1, con Zunino y Chory Castro por las bandas y Santiago Rodríguez detrás de Bergessio.

Nacional no mejoró demasiado desde el juego, sino desde la intensidad, desde la actitud, marcada por ese líder futbolístico que es Bergessio, porque es un optimista que no da por perdida ninguna pelota y ello lo llevó a meter el cabezazo del gol cuando moría el primer tiempo. Pero no solo eso, sino 66’ fue a busar un balón hasta el fondo de la cancha, lo recuperó, lo pasó, se ubicó en el área y metió un frentazo que se fue apenas alto. Y dos minutos más tarde estaba al costado de su propia área para recuperar una pelota y sacar el contraataque.

Sebastián Fernández
Sebastián Fernández y el toque por sobre Denis que generará el 2-0. Foto: Gerardo Pérez

Se fue reemplazado, pero su energía quedó en la cinta, porque se la puso Seba Fernández, quien se mostró enchufadísimo para ir a pelear cada balón con decisión, hasta que tuvo su premio. No hizo el 2-0 definitivo, que fue en contra de Coelho, pero todo el mérito fue suyo.

Nacional vuelve a liderar las dos tablas porque tiene un líder: Gonzalo Bergessio.

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