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Con goles como para el Louvre

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Como los grandes artistas de la historia, Luis Suárez trasciende la frontera de lo común, hipnotiza con su obra y es capaz de deslumbrar con ese talento único.

LUIS EDUARDO INZAURRALDE

Suárez, ese que se consagró, cayó y levantó una y otra vez, hasta llegar nuevamente a la cima, promovió ayer a través de la pantalla de televisión, en el celular o en la computadora, esa admiración que muy pocos consiguen.

El murmullo, primero, y el "ohhh…", después, cuando el delantero anotaba su segundo gol, como si la redacción se hubiera transformado por un instante en un sector del estadio de PSG, fue solo la expresión más pura y natural de la reacción del ser humano ante tan exquisita demostración.

Enorme como siempre, el "Pistolero" se encargó de extender el Museo del Louvre al Parque de los Príncipes, donde desplegó en el campo el repertorio más completo del goleador, con pinceladas que son propias de su sello, tan inconfundible como el de Picaso o Da Vinci, en su arte. Por eso, desde ayer, quedaron para siempre entre las obras más fantásticas de la Champions 2014-2015, los golazos de Suárez a PSG. Como para que nadie lo olvide más.

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