Para Gallardo el incidente en La Bombonera fue una "vergüenza mundial". En conferencia habló de sus jugadores y del miedo del momento. "Unos pocos idiotas tienen derecho a pudrirlo todo", dijo.

Fue claro, sin rodeos, ni chicanas. Evitó hablar de la Conmebol, de los jugadores de Boca y de su cuerpo técnico. Se corrió del lugar común y reflexionó sobre lo que pasó y lo que pudo haber pasado. Marcelo Gallardo dio la cara y se transformó en la primera voz de River , tras el ataque que sufrió el plantel millonario en la Bombonera, en el partido de vuelta de octavos de final de la Copa Libertadores . "Fue un trago amargo, una tristeza enorme haber vivido y haber sido parte de lo que pasó en la cancha de Boca. Más allá de lo deportivo, está lo humano y todos los que estábamos ahí adentro nos entristecimos por la situación. Más allá de lo que fue y de lo que pudo haber sido, tenemos que ponernos contentos porque los jugadores agredidos están mejor, están estables y eso nos da alegría y nos pone contentos poder contar nuevamente con ellos", señaló el Muñeco, quien se lamentó porque los violentos "ridiculizaron el mejor espectáculo del mundo". "Unos pocos idiotas tienen derecho a pudrirlo todo", dijo.

"Considero que más allá de lo vivido, hoy empieza la semana y nosotros tenemos que volver a focalizarnos en la competencia. A pocos días de volver a jugar un partido, necesitaba expresarme después de lo sucedido para enfocarme otra vez en la actividad. Desde mañana, nuestro plantel se focalizará en el partido vs. Cruzeiro", agregó, cerrando "una página triste del fútbol".

"El show debe continuar y en esta vorágine, en esto tan dramático, tenemos que reflexionar y cerrar un capítulo aunque sea difícil y empezar a vivir otro. Porque no tenemos tiempo, ni margen para reflexionar sobre lo que pasó y lo grave que fue vivir lo del jueves. Cerramos una página triste de la historia del fútbol argentino. Fue vergonzoso a nivel mundial. Todos los que estábamos ahí sabíamos de la gravedad de la situación. Por eso, escuchar idioteces es indignante. No me corresponde a mí opinar de las actitudes de los demás, de futbolistas y colegas. Pero hay imágenes que hablan por sí solas", destacó.

Palabra del Muñeco. "Lo hicieron en una manga rota, sin ningún tipo de seguridad. Escuchamos gritos y fue desesperante. Hoy estamos hablando de un atentado que no pasó a mayores. Los futbolistas que vivieron esa situación quedaron en un estado de shock. Nosotros fuimos a jugar un partido, salimos a jugarlo y cuando salimos al segundo tiempo fuimos atacados. A partir de ahí, lo único que nos quedaba era que los jugadores se mejoren, que no sufran consecuencias. Después de una hora y media recién se actuó de manera razonable. Nosotros fuimos a jugar un partido y nada más".

Entendible, pero no era el momento. "Les dije a mis jugadores que entendía de lo que habían sido víctimas desde enero por esas fotos hacia ellos y que no me parecía correcta la respuesta. Les dije que lo podía entender, pero que no lo compartía. Que no era el momento. Por más que sólo se haga con un tono de cargada, hoy parece que no suma. El folclore no suma en estos días de violencia".

El ataque tapó el análisis. "Ya no me dan ni ganas de destacar lo que fue el partido. Ni destacar lo que hicimos en ese partido y medio. Ya pasó todo a segundo plano. No se puede analizar ni lo que hicimos en el Monumental, ni los 45 minutos antes de la vergüenza. Ridiculizaron el mejor espectáculo del mundo. Unos pocos idiotas tienen derecho a pudrirlo todo. Pensé 'qué carajo estoy haciendo acá. Con el correr de los minutos, más indignado estaba porque veía que nadie tomaba una decisión acertada. Nadie tomó conciencia. Tuve miedo por la situación de mis futbolistas. Tuvimos que esperar casi dos horas para que los chicos sean atendidos en un lugar mejor que el campo de juego. El fútbol se está muriendo de a poco y estamos todos involucrados. Están jugando con las vidas de las personas".

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