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El fútbol dio vuelta el Brexit

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Foto: Reuters
PHIL NOBLE

EUROPA

Cuando la tendencia política es separar a Gran Bretaña de Europa, los cuatro equipos ingleses finalistas de las copas muestran otro camino.

Hace tiempo que los políticos británicos discuten y se pelean por definir los detalles de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el proceso conocido como Brexit. Por estrecha mayoría, los ciudadanos se expresaron por el “no a Europa” en un referéndum realizado en 2016, llevados por argumentos contra la inmigración y los presuntos males de someter su soberanía a una entidad supranacional, al cabo de polémica campaña.

El fútbol inglés, sin embargo, cumple hoy el camino inverso al Brexit. Cuatro clubes locales disputarán las finales de las dos copas europeas, Champions y Europa League, señal del nivel que ha alcanzado la Premier. Y los observadores coinciden en destacar el papel que tuvieron los futbolistas y los entrenadores extranjeros -a su modo también inmigrantes- en ese salto de calidad.

El fútbol inglés tradicional se identificaba con tres palabras: kick and rush, o sea patear y correr. El juego era simple, directo, sin alardes técnicos. Lo común era el pelotazo a los punteros para que ellos corrieran y buscaran al centrodelantero, un futbolista tosco y grandote pero buen cabeceador. Los pocos “extranjeros” de la liga inglesa eran escoceses, galeses, irlandeses.

Foto: Reuters
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El fútbol escocés, hace más de un siglo, cultivaba el juego corto, de pases, pero como sus clubes terminaban transfiriendo a sus figuras a los más ricos clubes ingleses, ese estilo se fue perdiendo para formar jugadores a gusto del comprador.

En 1978 Tottenham Hotspur sorprendió cuando contrató a dos argentinos, Osvaldo Ardiles y Ricardo Villa, flamantes campeones mundiales. Poco a poco se fueron agregando jugadores europeos y muchos descendientes de inmigrantes, sobre todo de las Antillas. También fue noticia cuando Viv Anderson, lateral de Nottingham Forest, fue citado a la selección: era la primera persona negra que vestía el uniforme blanco del equipo nacional.

El desembarco masivo de extranjeros, sin embargo, empezó en la década de 1990 con la creación de la Premier y el boom de los derechos televisivos, que derramaron millones sobre los clubes. En el presente, el inglés es el tercer campeonato europeo con mayor porcentaje de minutos disputados por futbolistas no nativos (casi 65%), por detrás de las ligas turca y chipriota. En los clubes de primera línea los ingleses ya son franca minoría.

Pero el aporte de los “inmigrantes” no termina allí. El papel de los técnicos extranjeros quizás sea todavía más importante que el de los jugadores. Ellos traen ideas, estrategias y formas de trabajo nuevas. En la actual temporada, 15 de los 20 equipos de la Premier son dirigidos por extranjeros. Los equipos que pelearon el título, todos por extranjeros, empezando por el campeón Manchester City, conducido por el catalán Pep Guardiola. Y los cuatro que buscan las copas europeas también: el alemán Jürgen Klopp en Liverpool, el argentino Mauricio Pochettino en Tottenham, el español Unai Emery en Arsenal y el italiano Maurizio Sarri en Chelsea (en cuanto a jugadores, Arsenal los tiene de 15 nacionalidades diferentes, Tottenham de 14 y Liverpool y Chelsea 12).

Foto: Reuters
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La influencia incluso va más allá, pues varios clubes cuentan con directores deportivos o entrenadores de juveniles llegados desde el exterior. Los jugadores se forman con una nueva cultura futbolística.

De esta forma, los clubes ingleses combinan la habitual intensidad en el despliegue con un trato de pelota cada vez mejor.

En este proceso se beneficia también la selección, pues los desciendientes de inmigrantes son cada vez más. Claro que hay menos espacio para los ingleses en los planteles, aunque sean campeones del mundo sub 17 o sub 20, como ocurrió en 2017, pero los cracks encuentran su lugar.

Cuando el Brexit alcance su definitiva vigencia, habrá menos espacio para los futbolistas extranjeros, incluyendo a los de los países de la Unión Europea, que hasta ahora no eran considerados foráneos.

Lucas Torreira celebra la clasificación del Arsenal a la final de la Europa League. Foto: Reuters.
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Los que lleguen necesitarán un permiso de trabajo, que actualmente exige a los futbolistas extracomunitarios haber jugado entre el 30% y el 75% de los partidos disputados por su selección en los últimos dos años (dependiendo de su posición en el ranking FIFA) y siempre que la federación de origen esté en los primeros 70 puestos de esa lista.

De alguna manera, los precios de los pases de los jugadores de afuera aumentarán, aunque para los ricos clubes ingleses seguramente no será un gran problema.

La Premier apoyaba “desde el punto de vista del negocio” la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea cuando se planteó el referéndum, según dijo su presidente ejecutivo, Richard Scudamore. Ahora, después de celebrar las finales de la Champions y la Europa League, deberá adaptarse a las nuevas normas.

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