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¿Qué preocupaba a Diego Lugano horas antes de debutar en Sudáfrica 2010?

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El mensaje de Lugano:  “Tenemos hambre de gloria, no sentimos presión y estamos preparados para hacer un buen Mundial”. Foto: Gerardo Pérez / Archivo El País

SUDÁFRICA 10 AÑOS

Habiendo dejado la concentración en Kimberley, la delegación de Uruguay llegó a Ciudad del Cabo para jugar ante Francia. El capitán habló en entrevista con Ovación y esto decía en aquel entonces.

A pocas horas del debut ante Francia por la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, el capitán de la selección uruguaya Diego Lugano habló largo con Ovación. Explicó lo que siente el grupo y su gran orgullo por el cariño del pueblo uruguayo, algo que según dijo los ayuda mucho.

Afirmó, a su vez, que se sienten tranquilos porque se ha hecho todo en las mejores condiciones posibles. “Más de lo que hemos hecho, imposible”, enfatizó. También compartió su impresión sobre el rival. “En lo defensivo no hay misterios, hay que controlar a esos grandes atacantes que tiene”.

— ¿Cuál es el pensamiento del capitán cuando llegó el momento tan esperando,y por el que el equipo luchó tanto?
—Que tenemos muy presente el cariño que nos dio siempre el pueblo, la gente, que es algo que nos está ayudando. Esperemos que, tanta energía positiva se transforme ahora en resultados favorables.

— Pero, el plantel, ¿cómo vive esto de ya estar ante el debut en un Mundial?
— Con mucha intensidad, con mucha alegría, pero también con compromiso, porque Uruguay tiene historia, ¿no? Es algo que no podemos dejar de lado. Yo creo que si juntamos todas esas cosas, llegamos en buenas condiciones para hacer un buen campeonato. Yo sé que acá están los mejores, pero Uruguay está entre ellos, así que antes de empezar un Mundial hay que pensar en grande.

— La historia, ¿pesa o manda?
— Creo que la historia no es una presión. Empuja a salir a la cancha sabiendo que hay que ganar, pero tenemos con que.

— ¿Qué tienen, por ejemplo?
— Antes que nada, el respaldo histórico de un país futbolero,quizá como ningún otro en el mundo. Eso nos da mucha fuerza adentro de la cancha.

Lugano y Abreu en el Mundial de Sudáfrica 2010. Foto: Gerardo Pérez / Archivo El País
Lugano y Abreu en el Mundial de Sudáfrica 2010. Foto: Gerardo Pérez / Archivo El País

— Esta selección da la imagen de tener mucha tranquilidad afuera de la cancha. ¿Es real?
— Es real, la tranquilidad viene de saber que se ha hecho todo en las mejores condiciones posibles. Más de lo que hemos hecho, es imposible. La tranquilidad deriva de eso. Sabemos que cuando salgamos a la cancha, vamos a estar en nuestro máximo potencial. Después, en la competencia, vamos a ver si con eso nos alcanza, pero eso ya no sólo depende de nosotros, también de los rivales.

— ¿Francia?
— Es un equipo con jugadores de primerísimo nivel, que por algo juegan en los principales equipos del mundo, pero Uruguay les puede hacer un gran partido.

— ¿Cómo hay que jugarle?
— Ofensivamente, defensivamente, tácticamente, en todo al 100%. Con el equilibrio emocional justo para enfrentar estos partidos. Si no estamos al máximo de nuestro rendimiento en todo aspetos, no es fácil enfrentar con posibilidades a Francia.

— En lo futbolístico, ¿qué es lo que más hay que cuidarle?
— A jugadores como Anelka, Ribéry, mismo Henry… tienen mucha habilidad, velocidad, una potencia bárbara. En lo defensivo, entonces, no hay misterios, hay que controlar a esos grandes atacantes. Si conseguimos eso, también tenemos armas para obtener un buen resultado.

— ¿Piensa que jugará con tres puntas o pondrá sólo Anelka adelante?
— Por lo que venimos viendo, están jugando con tres puntas. Si es así, habrá que tener una precaución táctica especial, porque seguramente no van a ser tres puntas fijas, sino tres jugadores que se mueven muchísimo; pero como estamos acostumbrados a verlos, no solo en la selección, sino en sus clubes, no nos va a sorprender nada.

— ¿Tiene pensado decirle algún mensaje en especial a sus los compañeros cuando vayan camino a la cancha?
— No, no, el mensaje uno lo da día a día, en cada momento, en el desayuno, en el almuerzo, en la práctica, cuando nos cruzamos. Ahí uno siempre transmite optimismo, serenidad, fuerza… eso se transmite en el día a día, no sólo cinco minutos antes de entrar a la cancha.

— Por lo visto en los amistosos contra Suiza e Israel,
¿este equipo está más suelto que en las Eliminatorias?

— Como se dice siempre, “amistosos son amistosos”, y los partidos de un Mundial tienen una carga de adrenalina que hace que no tengan nada que ver, ¿no? Por eso, yo me quedo con partidos de las Eliminatorias donde Uruguay jugó bien y tuvo el equilibrio emocional necesario, que es lo que a veces nos perjudica para jugar partidos decisivos.

— Los perjudica, ¿cómo?
— Y… en que hay que tener el temperamento justo, por ahí a veces nos pasamos en ese de- seo y las ganas de conseguir cosas importantes.

“Hay que mantener el cero. Si lo logramos tenemos atacantes que desequilibran”.

El mensaje de Lugano:  “Tenemos hambre de gloria, no sentimos presión y estamos preparados para hacer un buen Mundial”. Foto: Gerardo Pérez / Archivo El País
Diego LuganoCapitán de Uruguay en Sudáfrica 2010

— ¿Y ahora está controlado?
— El Mundial es la prueba de fuego y vamos a saber la verdad. Nosotros queremos hacer un gran Mundial, dejar en alto el prestigio del fútbol uruguayo y después, que digan lo que quieran. No queremos ser los reivindicadores de nada.

— Pero, ¿no es demasiado fina la franja que separa el estar distendidos y confiados?
— Sí, pero estamos en el punto justo. Confiados por- que trabajamos muy bien y distendidos porque es una alegría representar al país en un Mundial. No hay por qué sentirse presionados. Los más experientes sabemos que la responsabilidad en exceso, muchas veces es contraproducente.

"Lo más importante es no pasarnos de rosca"

Lugano y Abreu en el Mundial de Sudáfrica 2010. Foto: Gerardo Pérez / Archivo El País
Diego LuganoHoras antes de jugar ante Francia

— ¿Qué es en lo que más trabajaron en esta semana?
— Las pelotas quietas. Pueden ser decisivas en partidos cerrados y más cuando uno se enfrenta a rivales como Francia que tiene jugadores de una potencia bárbara. La estatura media de Francia es muy grande y hay que tener mucho cuidado.

— ¿Una clave del partido?
— Mantener el cero. Si lo logramos, sabemos que tenemos atacantes que desequilibran en cualquier jugada.

— ¿Se acuerda donde estaba en el 2002 el día que Uruguay debutó en el Mundial contra Dinamarca?
— ¿Cómo no me voy a acordar? Cuando debutó en el 2002, en el 90, en el 86... Yo era un hincha bárbaro. En el 2002 estaba en Colonia, porque jugaba en el Plaza. Me acuerdo que el partido contra Senegal fue a las cuatro de la mañana, yo me desperté a las tres…

— Ahora el hincha va estar adentro de la cancha.
— Sí, por eso, por más partidos internacionales que uno tenga, intenta siempre tener cinco minutos para sentarse una vez al día, respirar hondo, mirar el entorno, ver la felicidad de los muchachos, de la gente… es un ejercicio que hago a diario para no perder las referencias y saber dónde estoy parado.

— ¿Y cuál es la conclusión?
— Que tenemos hambre de gloria, que no sentimos ninguna presión, que estamos preparados para hacer un gran Mundial, pero que las palabras no sirven, los únicos que sirven son los hechos, los resultados.

— ¿Y qué puede ser lo más importante para lograrlos?

Lo más importante es no pasarnos de rosca; porque tenemos jugadores para pensar en grande.

Diego Lugano en máxima alerta: “Las pelotas quietas pueden ser decisivas”. Foto: Gerado Pérez / Archivo El País
Diego Lugano en máxima alerta: “Las pelotas quietas pueden ser decisivas”. Foto: Gerado Pérez / Archivo El País

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