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Uno frenó, y el otro pisó el acelerador

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Semana clásica. Y vaya si será importante, porque los dos llegan con sensaciones diferentes.

Nacional, con el sabor amargo de haber tenido el triunfo en sus manos, y de haber dejado pasar la oportunidad ante un Racing que lo apuró y desnudó distracciones en la última zona tricolor. Era partido laudado, con un 2-0 que aseguraba el liderazgo antes de jugar con el rival de todas las horas, pero no lo cerró, o no pudo cerrarlo, y terminó dejando dos puntos por el camino. Veinticuatro horas después, llegó el turno de Peñarol. Villa Teresa, el benjamín de la divisional, hizo lo que pudo. Se metió en partido, pero la sucesión de goles de los aurinegros (en el inicio del segundo tiempo) alejaron el sueño de acariciar, aunque más no sea un empate. Peñarol aceleró cuando tuvo que acelerar. Y Nacional no. Se frenó en la última curva antes del clásico.

DESDE EL ARCO | JOSÉ MASTANDREA

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