El pobre arranque de Peñarol (cuatro puntos en nueve y cinco goles en contra en ocho días), obligó a los aurinegros a poner su artillería pesada al comienzo de la semana ante los medios para minimizar los efectos devastadores que suelen tener esos inicios en los grandes.

LUIS EDUARDO INZAURRALDE

Damiani bajó los decibeles sobre la situación del DT; Bengoechea dijo que tiene muy claro lo que debe hacer; y Diego Forlán, con singular calidad, esa que suele mostrar siempre, envió los primeros mensajes que pretenden poner el punto justo al momento, porque recién se inició un campeonato de 30 fechas. No dijo nada diferente a lo que podría pensar cualquier ser racional, pero viene bien ese mensaje reflexivo en días calientes: "No hay que volverse loco ni querer cambiar 180° porque no es la solución"; "hay que tratar de generar más fútbol"; "hay que tener paciencia y estar tranquilo"; "para mí no falta entrega… lo que más tiene el futbolista uruguayo es actitud". Así frenó el reclamo de los hinchas que el domingo pidieron más actitud a los jugadores, subrayó que el problema está en el juego y que la tranquilidad es clave para este momento. ¿Habrán entendido los hinchas?

El Análisis