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Al final vivió como héroe

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En 2002, en medio de una crisis económica que no distinguió clases sociales ni condición, Alcides Ghiggia se presentó en su versión más vulnerable ante la sociedad. El 5 de junio puso a remate dos de sus medallas, una que había ganado en Italia y otra que le entregó la AUF por su conquista en 1950.

La necesidad de sobrevivir con escasos ingresos lo habían llevado a desprenderse de algunas de sus preseas, y su fragilidad lo colocó en un lugar muy especial: llegaron los reconcimientos y la solidaridad, además de los homenajes, y las recompensas adosadas a su presencia en eventos internacionales para distinguirlo por su histórico gol.

En 2006 viajó a Mónaco para recibir el premio Golden Foot, y dejó su huella en la galería. Dos años después, por US$ 26.000, remataría la distinción. Entonces se multiplicaron los eventos en su agenda.

Fue invitado por FIFA al Mundial de 2010 y homenajeado como uno de los grandes de la historia. Le festejaron sus 84 años en el Museo del Fútbol. Inauguraron estadios con su nombre.

En el repechaje de Uruguay ante Jordania, en noviembre de 2013 en el Centenario, Ghiggia vivió un día especial: en la pantalla gigante pasaron su gol en la final de 1950, y 60.000 gargantas lo gritaron, mientras el exfutbolista observaba desde la cancha. FIFA lo invitó al sorteo del Mundial de 2014 y dejó su huella en el Estadio Maracaná. Así, vivió sus últimos años como lo que fue: un héroe.

DOS HECHOS.

Distinción.

Previo al Mundial de 2010, Ghiggia fue distinguido por FIFA con la Orden al Mérito Deportivo. La premiación fue en Sudáfrica.

Accidente.

En junio de 2012, en la ruta 5, sufrió un accidente de tránsito que le pudo costar la vida; resultó politraumatizado grave y estuvo en el CTI.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Alcides Ghiggia. Foto: Leonardo Carreño

Alcides GhiggiaLUIS EDUARDO INZAURRALDE

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