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Mathías Cardacio y Cristian Chávez al otro día del triunfo de Defensor sobre Peñarol

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cardacio y chávez
MARCELO BONJOUR

VIOLETAS

Ambos fueron figuras. Al volante le dio suerte un pegotín en la rodilla, mientras que el delantero que no convertía desde el 2019 y no sabía ni cómo festejar, recibió un audio.

Mathías Cardacio salió corriendo como loco después de anotar el penal que le dio el empate parcial a Defensor Sporting en el triunfo 2-1 sobre Peñarol. Se besó la mano y se la paso dos veces por la rodilla. El volante estuvo tiempo sin jugar y aún no está bien de la rodilla que se le inflama con líquido, ni del abductor. Es más, jugó con ambas zonas vendadas.

Antes de salir de su casa para el CDS su hijita Catalina, de tres años, le puso una curita en la rodilla. “En realidad ni siquiera era una curita, eran unos pegotines. Y me los dejé para jugar. Cuando el doctor me fue a vendar me preguntó si los dejábamos y le dije que sí, obvio”, contó el Bocha, quien remató muy bien el penal, algo para lo que siempre es una opción si es que el 9 no la agarra bajo el brazo.

“Por eso también la emoción del festejo. Por eso y por todo lo que me ha pasado: la quemadura, las lesiones. Después de un partido así uno valora más el trabajo de los doctores y los profes, de todos los que están arriba de uno y lo miman”, dijo quien ayer se fue temprano a la clínica para continuar con su recuperación.

Otro que anduvo ayer de mañana por la calle fue Cristian Chávez. El delantero fue al supermercado a hacer las compras para prepararse el almuerzo. “Nadie me dijo nada, ningún hincha de Peñarol. No me conocen todavía, capaz que por el tapabocas”, dijo Chávez, quien llegó a Defensor Sporting los primeros días de octubre de la mano de Alejandro Orfila.

Su ingreso y el de su compatriota Franco Zuculini resultaron clave para la victoria. “Por suerte entramos bien. No es fácil entrar al segundo tiempo cuando el partido ya tiene un ritmo. Por suerte esta vez el equipo entró bien y reaccionó bien cuando estábamos perdiendo. Gregorio (Pérez) me pidió que tratara de jugar sobre los centrales y de ver cómo lastimarlos, si al espacio o la pelota al pie. Y que estuviera atento a los desbordes de Kevin (Méndez) y de Nacho (Laquintana)”, contó Cristian, que resaltó el pase que le dio Cardacio para su gol. “Leyó bien la jugada, mejor no la podía recibir”.

El argentino se ríe al saber que lo confunden con su tocayo el Pochi Chávez o lo encuentran parecido a Wanchope Ábila, hasta en la forma de jugar.
“El Pochi es el de Boca y yo el de San Lorenzo, pero los compañeros me dicen Pochi a veces. Y de Wanchope es verdad que tengo un aire. Una vez él había hecho un gol en Boca y yo uno en Aldosivi y nos compararon. Nos pusieron medio de perfil y era para reírse”, recordó.

en el vestuario

Hubo un emotivo agradecimiento de Gregorio a sus jugadores

“Sabemos lo que es Peñarol para Gregorio. Pero es una persona a la que nada se le puede poner en duda. Está identificado con Peñarol, pero es tan noble, tan sensato, tan buena persona y tan transparente que cada vez que declara da cátedra. Que lo homenajearan antes del partido para un tipo tan sentimental, le iba a generar sensaciones encontradas. Pero, siempre estuvo pensando en el partido, armó un plan para ganarle a Peñarol y se dio”, explicó Cardacio. 
“Después del partido nos agradeció en el vestuario con una palabras muy emotivas, desde el corazón. Esas cosas que te terminan enriqueciendo más que todo lo otro. Es verdad que ganamos, pero el tipo fue feliz por varios motivos. Tener a una persona como él en mi carrera es algo que valoro mucho”.

Encontró en Defensor Sporting un club serio y ordenado, pero eso no impidió que le costara la adaptación. Venía de la dura pandemia en su país y se lesionó. “Hoy estoy bien, pero sé que puedo estar mucho mejor. Es hora de agarrar ritmo y eso solo se logra jugando”, admitió. "Esta victoria fue muy importante para nosotros, la necesitábamos sobre todo después de los últimos dos empates que para nosotros fueron derrotas porque eran partidos que teníamos casi cerrados. Y ese casi no nos alcanzó. Esos detalles los tenemos que seguir mejorando. Era muy necesario sumar de a tres y por suerte lo hicimos”, expresó Chávez.

Cardacio y Chavez

“Cristian es un jugador con movimientos de jerarquía. Y uno por un tema de lectura del juego entiende a esos jugadores. De repente a los más chicos les falta esa toma de decisiones. O saber donde moverse para encontrar el espacio y Cristian tiene todo eso. No me voy a dar bombo por el pase, él tuvo cuatro o cinco posibilidades frente a un rival como Peñarol. Siempre está cerca del gol. Sé la clase de jugador que es y nos va a dar muchas alegrías seguramente”, dijo Cardacio sobre el argentino y reconoció que fue una noche redonda para él, por el penal y el pase para el gol de la victoria.

“Se dio todo, son esas noches que te quedan en el recuerdo. Haber anotado el penal y luego dar el pase para el gol habla de una noche diferente en mi carrera. El partido fue un mimo que estaba necesitando por todo lo que vengo arrastrando. A veces premia la vida”, admitió el volante quien destacó a su vez al arquero Matías Castro que realizó grandes atajadas en el primer tiempo.

 “Siempre que enfrentás a un equipo con jugadores de tanta jerarquía es imposible que no te creen situaciones de gol. Y está el famoso dicho que para los partidos importantes tenés que tener un buen arquero. Y cuando el arquero responde en esas situaciones es porque algo bueno viene. Y las complicadas Matías las atajó”.

Apenas llegó al vestuario, el Bocha llamó a su esposa para comentar que los pegotines de Cata habían dado resultado. “Ahora le voy a tener que pedir que me los ponga siempre”, culminó bromeando.

La situación de su compañero es diferente dado que está solo. Si bien su familia ya estuvo en Montevideo, ahora cuando iba a regresar se cerraron las fronteras. Chávez tiene dos hijos: Isabella, de siete años, y Valentino, de seis. “Se extrañan mucho, es bravísimo, pero es parte del trabajo de uno hacer el sacrificio. Isabella me mandó un audio diciéndome que me extrañaba y hablándome del gol que hice”, contó el delantero, que no convertía desde abril de 2019.

“No sabía ni cómo festejarlo, el último fue en Aldosivi contra River. Ahí le rompí el récord que tenía Armani de no sé cuantos minutos sin que le hicieran un gol. Se lo hice yo, aunque después perdimos. Je. En abril iba a hacer dos años sin hacer un gol”.

análisis

El Bocha y el termómetro de las redes sociales

“Los resultados son circunstanciales. Pero, todo se ve más lindo y resalta más cuando ganás. Más en nuestro caso que necesitábamos un resultado así, aunque yo soy de los que le importa mucho más el trabajo, la dedicación y el compromiso que el resultado. Es muy fina la línea entre el resultado que manda y todo lo que se hace bien para lograrlo. Y eso debería valorarse más. Yo creo que acá no se analiza el trabajo sino el resultado y ahí empieza todo el daño que se hace al jugador, que es cada vez más vulnerable. El termómetro nuestro ya no es el rendimiento ni el resultado, sino las redes sociales. Muchos dirigentes se guían por lo que dice la gente en las redes. Es lamentable y se está yendo de las manos”, analizó el Bocha convencido

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