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Contra los fantasmas del fondo

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No hay paz para los grandes. Tanto Peñarol como Nacional ganaron, es cierto, pero en el caso del aurinegro lo hizo sufriendo cuando no mereció hacerlo y todo fue por mérito propio.

Pablo Bengoechea lo reconoció primero durante el partido, con el visible enojo que tenía con sus jugadores por el gol recibido a falta de poco para el final, y luego en la conferencia de prensa. Peñarol jugó un gran primer tiempo, en el que encontró su ritmo y el fútbol que está capacitado para desplegar, pero los fantasmas llegaron en el complemento. Primero alimentados por la falta de precisión en la definición, seguido por la falta de atención defensiva y por último por el fallo de la última línea al defender una pelota quieta.

El domingo Nacional no pasó tanta angustia, pese a que comenzó perdiendo. Hizo cuatro goles y eso lo tranquilizó, pero cada pelota que le mandaron al área fue un suplicio. De hecho, llegando muy poco Rentistas le hizo dos goles. Los grandes no logran despegar porque sus defensas no los dejan. Hace rato que ninguno de los dos termina un partido con el arco en cero y ello genera desconfianza que se transmite de atrás hacia adelante.

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