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Facundo Rodríguez: de almacenero y carnicero a romperla contra Nacional

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Facundo Rodríguez
ESTEFANIA_LEAL

CERRO LARGO

Tuvo que dejar de jugar por dos años para ayudar económicamente a su familia, se enteró que Albion buscaba jugadores, retomó la carrera y a los 27 años lo disfruta el arachán.

"Se corrió bastante, sí”, admitió Facundo Rodríguez (27 años), el volante de Cerro Largo que hizo un gran partido frente a Nacional. “Soy de correr mucho, pero cuando se juega contra un cuadro grande hay como un plus que te hace dejar un poquito más. Me gusta atacar, aprovechar mi velocidad en los espacios libres y jugar al mano a mano”, reconoció el Forrest Gump de los arachanes un rato antes de irse a entrenar al complejo de Los Pinos.

Porque el técnico Danielo Núñez no les afloja a pesar del gran partido que hicieron ante los tricolores y a que no habrá fútbol el fin de semana. Recién el domingo tendrán un día libre, pero mañana harán doble horario, lo que repetirán el lunes al regresar del descanso.

“El partido fue tal cual Danielo lo había planteado. Sabíamos que Nacional venía con un déficit en ataque. Y nos jugamos a presionarlos. Nos juntamos con Hugo (Dorrego) y con Martín (Ferreira). Nos entendemos muy bien. Estoy muy contento con los compañeros que tengo. No me llamó la atención que Nacional no tirara al arco, sabemos que para todos los cuadros es complicado venir a jugar al Ubilla. Y Nacional llegaba con un déficit muy grande en ofensiva. La verdad, no me sorprendió en nada Nacional”, explicó.

La opinión

Danielo Núñez: "es muy intenso y guapo"

Facundo es un jugador que ha avanzado mucho en lo futbolístico. Muchísimo. Siempre fue intenso y le gusta encarar con pierna izquierda, pero le fue agregando cosas. Ya tenía la técnica y la pierna izquierda, pero le faltaba formación.
Antes lo poníamos de lateral y ahora lo estamos usando de volante por afuera. Y como era de subir se adaptó muy bien. Va y va, te desgasta con su intensidad a pesar de sus piernas finitas. Lo que le está faltando es el último toque.
Su intensidad llama la atención, nos costó que administrara su físico. Le explicamos que no era sólo correr, que había que hacerlo bien. Que en lugar de subir 10 veces era mejor hacerlo cinco y finalizar bien. Y lo otro que tiene: es guapo.
La primera vez llegó a Cerro Largo, vino de Albion, de la B. Hizo un año con nosotros y al siguiente debutó en la A. Hizo una gran temporada con nosotros y lo vinieron a buscar de Deportivo Maldonado. Lo quisimos convencer que se quedara, pero se fue por unos pesos más. Luego se enteró que no jugaba. Jugó dos partidos y después iba siempre al banco. Entonces le hablamos para que regresara. Rescindió el contrato y volvió con nosotros.
Facundo es además una excelente persona. Muy educado y atencioso. Escucha y aplica enseguida lo que le decimos. Es muy receptivo para todo y eso es muy importante. Le gusta mejorar. Se deja ayudar y siempre está abierto a lo que le podemos pedir.

Aseguró que el campo de juego del escenario melense ha mejorado mucho. “El pasto está más verde y no se nota el desgaste. Igual come piernas porque está alto. Aunque el día anterior, que entrenamos ahí, estaba un poco más largo. Se ve que le pegaron una peinada cortita por arriba”, dijo y lamentó que no se hubieran podido quedar con los tres puntos en casa.

“Hubiese sido muy lindo. Hoy nuestro objetivo son las copas, queremos meternos entre los primeros cuatro para volver a jugar una Libertadores. Pero todavía falta mucho por recorrer y al cuadro que nos toque enfrentar se le va a hacer cuesta arriba, ya sea en casa o de visitante”.

facundo rodriguez
Marca. La de Facundo Rodríguez sobre Brian Ocampo en el Ubilla. Foto: Estefanía Leal.

La conga, el truco, el uno

El volante sabe que tienen en contra la gran cantidad de kilómetros que recorren cada vez que van de visitantes, pero según dijo no hay secretos que expliquen la buena campaña. “El único secreto nuestro es el trabajo día a día. Y tener los pies en la tierra, sabiendo dónde estamos. Tampoco te voy a decir que Cerro Largo es un cuadro que está muy despegado, pero contamos con lo básico. El jugador que se pone esta camiseta sabe que tiene que correr y dejar todo en la cancha”.

Y contó cómo se entretienen en el ómnibus para hacer más llevaderos los viajes. “Ya nos hemos acostumbrado. No queda otra que buscar algo para que las horas pasen más rápido. Hay compañeros que juegan a la conga, al truco o al uno. Jugás un rato y después te dormís una siestita de una hora y cuando querés acordar ya estás en la capital. Sé que para los que no están acostumbrados el viaje se siente mucho más. Le pasa a los rivales cuando vienen a jugar a Melo”.

Las ocho horas

 Hizo el baby fútbol en el Mauá, un club del Parque Rodó que cree que ya no existe. Luego hizo las inferiores en Boston River, donde llegó a estar seis meses en el primer equipo cuando los del barrio Bolívar estaban en Segunda. “Fue en la campaña en que subió Cerro Largo. Nos enfrentamos con ellos en el Charrúa”, recordó.

Luego tuvo un parate en su carrera, pues tuvo que dejar el fútbol por temas económicos y arrancó para las ocho horas. “Cuando cumplí los 18 años mi familia estaba medio complicada y tuve que salir a trabajar. Tuve que dejar el fútbol para poder laburar”, relató.

Su primer trabajo fue en los almacenes de Tiendas Montevideo. “Estuve un año trabajando en los galpones, hasta que pasé a trabajar en la carnicería del supermercado Disco de Chucarro y Pagola, en Pocitos”. Fue allí, mientras que pesaba los cortes de carne, que se enteró por medio de un conocido suyo que en Albion, que estaba en la C, se estaba armando un cuadro fuerte para poder ascender a Segunda.

“Y pude retomar mi pasión por el fútbol. Igual no dejé de trabajar, porque en Albion te pagaban por partido o si andabas muy bien, la rompías y la hacías chiquita te daban como un presentismo, como para los boletos. Entonces entrenaba de mañana y trabajaba de tarde. Salía a las 11 de la noche pero al otro día estaba en pie a las ocho de la mañana para ir a entrenar”.

Seguía en la carnicería, pero se había cambiado de supermercado. Y le está muy agradecido a los dueños del super Maresca, cito en Francisco Simón y Avenida Italia, porque lo dejaban salir una hora antes los fines de semana para que pudiera llegar al partido.

Ascendió con Albion a Segunda División y pudo por fin firmar su primer contrato profesional. Y al igual que le había pasado con Boston River, le tocó enfrentarse a Cerro Largo. “Y gracias a esa temporada en la que logramos la permanencia con Albion y al gran partido que me mandé frente a Cerro Largo es que hoy estoy acá”. Aunque con un paréntesis porque el año pasado estuvo seis meses en Deportivo Maldonado, pero como no jugaba rescindió su contrato y regresó al equipo arachán. “Fue difícil para mí. Nunca había rescindido un contrato, pero recuperé la confianza en Cerro Largo y estoy muy feliz donde estoy”, finalizó.

Facundo Rodríguez
Joselyn

Iba a bailar solo para verla a ella

“Joselyn me acompaña a todos lados, es mi pilar. Sólo estuvimos seis meses separados con ella estando en Montevideo, pero el año pasado se fue conmigo para Maldonado y ahora está acá en Melo”, contó sobre su esposa, a quien conoció de adolescente. “La conozco desde los 16 años. Yo iba a bailar solo para verla a ella. Después tomamos diferentes caminos, pero hace dos años gracias a Dios nos volvimos a encontrar y acá estamos”, añadió.
“Soy de Montevideo y extrañé un poco vivir en Melo, pero es mucho más barato y se trata de trabajo”, dijo sobre su vida en la capital de Cerro Largo.
“Quiero tener un buen año en Cerro Largo. Mis compañeros siempre me dicen que es una barbaridad lo que corro y lo que dejo en la cancha y yo siempre les explico que lo hago por el equipo y también por mí”, afirmó quien espera poder dar un salto. “Y después salir del país para hacer un poquito la diferencia, que es lo que uno necesita”.

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