"La doble competencia te pasa factura", tiró Juan Ramón Carrasco en El País TV. Y lo dice con propiedad. No sólo lo vivió como jugador, sino que lo sufre como entrenador. Es mentira que no pesa, y el cuento de que da más rodaje no corre. El encarar una Copa y el torneo local a la vez complica más de la cuenta.

No sólo a los equipos uruguayos, les pasa a todos. A River, a Boca, a Palmeiras, al Sao Paulo, basta con elegir uno solo para confirmar que es muy lindo jugar la Libertadores, que es notable pelear en la Sudamericana, pero apuntar a los dos frentes, liquida. Y muchos se quedan con las manos vacías, sin ganar ni una cosa ni la otra.

Lo viven Nacional, Peñarol y el River de "JR". Les ha costado una enormidad ganar y sumar en el plano local, han dejado puntos por el camino de esos que en lo previo, nadie pensó en dejar.

A Nacional le va muy bien en la Copa, pero a medida que vaya creciendo en lo internacional, va a seguir sufriendo en la competencia local. Por el desgaste de sus futbolistas, por los viajes, y por las lesiones.

Peñarol pende de un hilo y River ya se despidió. Por ahí, pueden empezar a enderezar el rumbo en el Clausura.

Habrá que ver si Nacional aguanta camiones.

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