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Fabricio Díaz, el crack de Liverpool que hoy cumple 17 años

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LIVERPOOL 

"Llegar a Europa, juntar plata para mi familia, comprarles una casa”, son los sueños del juvenil que ayer volvió a la cancha de La Paz Wanderers donde dio sus primeros pasos.

Después de almorzar, Fabricio Díaz caminó desde su casa en la calle Tiscornia de La Paz, hasta la cancha de La Paz Wanderers, el club donde realizó el baby fútbol. En esas dos cuadras recibió saludos, felicitaciones y bromas. Hasta lo acusaron de no estar acalambrado en la final de la Supercopa porque, sino, no hubiera podido picar así para anotar el cuarto gol negriazul.

Es que el muchacho que cumple hoy 17 años se acalambró por primera vez a los 87’, antes de que el Chory Castro empatara el partido y forzara el alargue. Y jugó así los 30’ de la prórroga. Primero fue el abductor, después el gemelo y al final el posterior. “Cada vez que me caía sentía el apoyo de todos mis compañeros que me daban para adelante para que siguiera. Y la hinchada también. Además, ya no teníamos más cambios”.

Fabricio no puede creer lo que está viviendo. Debutó en Primera División jugando la final de la Supercopa frente a Nacional. Se destacó en la mitad de la cancha y terminó jugando como punta. Todo eso a dos días de cumplir los 17 años.

“Fue el debut soñado, en una final, con un grande y haciendo un gol. No sé ni cómo llegué a esa pelota. Darme vuelta después del gol y ver a mi familia en la tribuna fue una sensación inexplicable. Y a toda la gente de Liverpool. Cuando empezaron a cantar mi nombre, no entendía nada. No sabía qué hacer. Estoy muy feliz y espero poder seguir así”, dijo el adolescente a quien Gabriel, su padre, ya le advirtió que vendrán partidos malos, críticas y que debe estar preparado para afrontarlo todo.

el cumple

Hoy Gabriel, su padre, prenderá el fuego

Fabricio vive en el barrio Tiscornia de La Paz (Canelones) con su padre, que trabaja en la construcción, sus abuelos y tíos. A él no le gusta mucho festejar los cumpleaños, pero sabe que esta noche cuando regrese de entrenar Gabriel, su padre y el gran pilar de su vida, ya habrá prendido un fuego para celebrar los 17 años de su hijo, reciente campeón de la Supercopa, con unas hamburguesas

Con el padre
Gabriel. Fabricio con su papá, un pilar en su vida.

Fabricio reconoció que tras el empate de Castro a los 50’ del segundo tiempo, pensó que el alargue iba a estar muy complicado. “Lo veía muy difícil, pero se nos dio. Lo ganamos con el sacrificio de todo el equipo”, afirmó.

Se enteró que iba a ser titular el viernes por la noche cuando Román Cuello les dio el equipo. Él tenía una pequeña ilusión, pero creía que el entrenador se iba a inclinar por Firpo. Temía que sus 16 años le jugaran en contra. Liverpool esperó la final concentrado en el Hotel del Lago de Punta del Este y a Fabricio le costó dormir. “Los nervios estuvieron siempre, al otro día cuando nos despertamos también. Debutar así no debe pasar muchas veces”, reconoció quien compartió la habitación con el “Tofi” Hernán Figueredo. “Tenía quien me aconsejara si precisaba, pero no le pedí nada. Aunque los nervios estaban”, contó.

plantel principal

Mauro, el vecino que lo llevó a la primera práctica

Cuando estaba en formativas, su padre lo llevaba en moto a las prácticas. Pero el coordinador Gustavo Ferrín le dijo que mejor viajara en ómnibus. En su primer día en el plantel principal, a fines del año pasado invitado por Canobbio, se le hizo tarde y se iba en moto, pero apareció Mauro, un vecino y allegado a La Paz Wanderers, y se ofreció a llevarlo en auto. Ayer, bromeando, se lo recordó.

“Me pasó todo demasiado rápido. Vino todo de repente. El año pasado empecé a subir a Tercera y me llegó la citación a la selección Sub 20. Todo muy pronto y la verdad nunca me imaginé que iba a estar jugando la final de la Supercopa frente a Nacional. Entrar en la historia del club con 16 años es hermoso y sirve para motivar a los juveniles, que mañana pueden subir y estar jugando ante un grande”.

La Paz
triple campeon

Marca y personalidad, sus virtudes

 “Creo que lo mejor que tengo es la marca, aunque obviamente técnicamente tengo muchas cosas para mejorar. Y me parece, se podría decir, que para tener 16 años tengo bastante personalidad. Estoy bastante fuerte de cabeza”. Así se definió Fabricio, quien fue tres veces campeón con su categoría en el La Paz Wanderers, el club de su barrio donde hizo el baby fútbol.

Llegó a Liverpool cuando tenía 13 años para unirse a la escuelita del club. Hizo todas las formativas y comenzó en el plantel principal, el 6 de enero cuando arrancaron la pretemporada con Cuello. “El año pasado había estado una sola vez en una práctica con Osvaldo Canobbio. El debut fue ahora con Cuello. Jugué por primera vez en el amistoso contra Talleres, ahí estaba muy nervioso también. Jugar ahí, con estadio lleno y gente en contra no era nada fácil”, reconoció el admirador de Toni Kross quien dijo tener varios sueños. “Llegar a Europa, juntar plata para mi familia, comprarles una casa”.

Sus padres están separados y su madre vive en Las Piedras. Pero el sábado en Maldonado toda la familia dijo presente para ver debutar al botija.

acalambrado

La arenga del profe Balbi dio resultado

Tras el primer tiempo del alargue Díaz volvió a tirarse acalambrado. El profesor Pablo Balbi pidió que lo masajearan porque tenía el músculo agarrotado. “Nunca había vivido algo así. Román (Cuello) quería aprovechar los minutos y que los jugadores lo escucharan, estaban todos rodeándolo y Fabricio acostado detrás. Yo le agarré la mano y le empecé a hablar, le dije que estaba cagado, que le tenía miedo a Nacional, que iba a dejar al equipo con uno menos. Podía resultar bien o no. ‘No profe no, voy a seguir’, me decía él. Y después me regaló ese gol increíble”, contó Balbi, que le amargó la noche a su hermano, el vicepresidente de Nacional.

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