Álvaro Gutiérrez considera que once contra once los 90 minutos en Santiago, la historia era otra.

"Por favor un poco de silencio atrás", pidió Álvaro Gutiérrez antes de largarse a hablar, en la conferencia de prensa después de la victoria de Nacional, insuficiente para dejar por el camino a Palestino.

"Salimos con un fuerte envión anímico, a presionar, llegamos dos o tres veces con claridad y podríamos haber ido ganando en los primeros 15 minutos. Después el partido se emparejó y llegó el gol de Palestino, que hizo cuesta arriba la llave. Esos dos goles al final del primer tiempo nos dieron esperanza, pero se notó la diferencia de rodaje de cada equipo en el segundo tiempo. Ellos tuvieron más la pelota, la manejaron, y nosotros no tomamos buenas decisiones cuando la conseguimos", analizó el entrenador de Nacional.

"Me voy con un sabor amargo, porque si hubiésemos terminado 11 contra 11 en Santiago no perdíamos. Palestino es un equipo que toca bien la pelota, que no se desordenó, pero en igualdad de condiciones otra hubiese sido la historia. No se puede comprobar, pero me voy con esa sensación", admitió Gutiérrez.

El técnico tricolor asumió que "habíamos hecho un plantel pensando en lo positivo. La ilusión de la Copa queda trunca. Nos queda afrontar el Clausura con todas las baterías, no vamos a tener doble competencia. 
Quedamos con un plantel extenso, pero queremos que todos peleen por su puesto. La competencia es sana".

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