El DT de la selección de fútbol en los Panamericanos, Fabián Coito, destacó la ilusión de ir por el oro, pero sin que sea un contrapeso. Explicó la forma en que aprovecha las fortalezas individuales para disimular el escaso tiempo de preparación y reconoció su error en el festejo en el partido ante Brasil.“Hay que jugar bien; no podemos recurrir sólo a fuerzas anímicas para aspirar al éxito”.

—¿Se dio cuenta que está recorriendo el mismo camino que Tabárez? Fue el único técnico uruguayo que ganó el oro en fútbol en los Panamericanos.

—Conozco lo que ha sido su carrera, y que pueda tener alguna analogía ya me parece algo muy importante por lo que realizó él en el fútbol. De todas formas, (la medalla de oro) es un punto en el camino que aún no hemos conseguido y no debemos adelantarnos.

—Aún no es tiempo de balances, pero el jueves Uruguay logró uno de esos triunfos que marcan. ¿Lo siente así?

—Fue un excelente triunfo, con cosas muy importantes en el aspecto futbolístico y anímico. Sin dudas son esos partidos que marcan. Había mucho en juego, por lo que significaba ganar. Porque el triunfo te llevaba a la final y perderlo implicaba quedar afuera. Tenía una carga emotiva muy importante. El partido se dio así, fue intenso y la defensa se transformó en un factor clave. La defensa era clave. Si repasás las estadísticas en el primer tiempo se cometieron 13 faltas, 11 ellos y dos nosotros.

—¿Qué sucedió en la expulsión de Lemos, a los 10 en el partido ante Brasil?

—El jugador explicó que respondió a una agresión del rival, que no se aprecia en la televisión, pero el futbolista afirma que existió. Cometió un error. Lo hablamos. Estas situaciones son las que permiten el crecimiento, aunque en su momento nos pudo costar caro, porque quedamos con 10 jugadores durante mucho tiempo.

—La preparación de esta selección no siguió los parámetros habituales, por el breve tiempo de trabajo. ¿Cómo disimuló esas carencias?

—Basamos mucho las fortalezas del equipo en estimular las fortalezas individuales, que se expresen ellos en su mejor forma.

—Incluso hasta por el entorno, porque comparten con deportistas de otras disciplinas.

—Es diferente a cualquier otra circunstancia en una selección. Son nuevas y lindas experiencias a una edad diferente, con jugadores profesionales que llegan a una competencia con poca preparación y con la necesidad de aprovechar el tiempo al máximo. Que comparten con otras delegaciones, pero están muy concentrados en su rendimiento. En definitiva es eso: una experiencia diferente.

—¿Cómo se imagina la final por el oro?

—Tenemos buena información de ellos, los conocemos. Los enfrentamos e hicimos un buen partido. Deberíamos ajustar algunas cosas y encarar el encuentro ante México sabiendo que hay que jugar bien. No podemos recurrir solo a fuerzas anímicas para aspirar al éxito, hay que sostenerlo futbolísticamente. Tenemos que saber que nos falta un paso, pero es un gran paso para el que debemos concentrarnos en lo que tenemos que hacer, pero también es importante evitar jugar el partido antes y cargarnos un peso extra. Lo hablamos con los jugadores. El partido hay que jugarlo a partir de las 13 (14 de Uruguay), no antes; sino puede ser contraproducente.

El festejo

Tras el 2-1 de Uruguay a Brasil, Coito festejó con un gesto a la tribuna: "Durante todo el partido había estado sometido a los gritos de una persona que parecía estar alcoholizada. Y reaccioné. Fue un error, porque soy temperamental. Fue un error, que forma parte del aprendizaje".

FABIÁN COITOLUIS EDUARDO INZAURRALDE