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Esencia de campeón

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Otro festejo. El “Tata” González se une al abrazo grupal de Bueno y Espino con Zunino, autor del segundo tanto para dar vuelta el marcador ante Fénix en solo seis minutos. Foto: Gerardo Pérez
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TORNEO INTERMEDIO

Nacional no deslumbra, pero sabe a lo que juega y gana

Para Nacional comenzó otro torneo, pero nada ha cambiado. Mantiene la costumbre de ganar (quinta victoria consecutiva y 12 juegos sin derrotas por toda competencia), pero lo más trascendente de todo es quizás que mantiene intacta esa esencia que le inculcó Alexander Medina.

“Este equipo tiene garra, personalidad y agallas”, dijo el otro día en entrevista con Ovación. Y por si algún despistado pensó que estaba exagerando por el hecho de haber sido campeón del Apertura, anoche lo demostró en cancha. Es cierto que pasaron solo cuatro días desde el juego de la consagración y es imposible olvidarse en tan poco tiempo de todo lo hecho, pero sí el equipo pudo haber caído en un relax luego de haber liberado tanta presión, pero no lo hizo.

Repasemos algunos ejemplos que dejan en claro la solidez tricolor:

1. Medina encontró una base de equipo, pero sabe lo necesario que es la rotación porque tiene un plantel rico y que lo más difícil es mantenerlo motivado. Entonces, más que una necesidad física (la hubo, porque algunos futbolistas estaban tocados, algo cansados o incluso suspendidos), había una necesidad anímica de que todos se sintieran útiles. Y nadie desentonó. No hubo ni un futbolista tricolor que tuviera rendimiento bajo, lo que lleva a que el equipo mantenga el nivel. No estuvo Conde en el arco, ni Polenta en la zaga, ni Oliva en el medio, pero no se notó.

2. Nacional no solo sabe que es un equipo grande, sino que se siente como tal. El “Cacique” estudia al rival, seguro, pero no tanto para cuidarse sino más bien para atacarlo. Por eso sale siempre a proponer, con un 4-3-3 que incomoda incluso a un Fénix que anoche salió a jugar con un 5-4-1. El mérito fue haber detectado por dónde estaba la clave del partido. Con dos futbolistas abiertos en ataque (Barcia y Bueno), un nueve como los de antes, de esos a los que la pelota les cae siempre en el área porque está allí y no afuera, y laterales que se proyectan para hacer el 1-2 a los marcadores rivales, Nacional aprovecha todo el ancho de cancha, pone mucha gente en ataque y termina superando a sus rivales casi por inercia.

3. Un punto que ha sido muy alto a lo largo de la temporada es la fortaleza anímica. La tuvo para dar vuelta el partido con Danubio que le significó el título el sábado y también para vencer a un Fénix que, replegado en defensa y muy solidario para cubrir espacios, jugó de contraataque y consiguió el gol en un gran pase entre líneas de Leonardo Fernández y una mejor definición de Mathías Acuña para ponerse 1-0. A eso hay que sumarle que el tanto llegó por una pelota perdida en la salida y luego de haber perdido por lesión a Corujo. El equipo, sin embargo, ni se inmutó. Siguió creyendo en su propuesta, metió a Fénix en su área y aprovechó a ese goleador implacable que tiene para dar vuelta el partido y empezar la defensa del Intermedio con una nueva victoria.

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