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Escándalos: los arbitrajes que quedaron en el centro de las polémicas

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Gustavo Méndez. Foto: Archivo El País.

HACIENDO HISTORIA

Ni siquiera la posibilidad de apelar los resultados ante un tribunal evitó a través del tiempo que clubes e hinchas pusieran el grito en el cielo ante decisiones de los jueces.

Aesta altura, resultaría insólita una temporada del fútbol uruguayo sin polémicas arbitrales, tan tradicionales como las camisetas de los equipos o el grito de gol de los relatores. Sin embargo, algunas veces (como ahora, precisamente), los arbitrajes van más allá de las polémicas para convertirse en una verdadera hoguera que calienta todo el ambiente.

Tal vez para evitarlo, cuando el fútbol uruguayo se organizó a principios del siglo XX se estableció una norma acaso única en el mundo: los fallos arbitrales eran apelables ante un tribunal arbitral. Una especie de VAR rudimentario, que funcionaba sobre todo en base a las declaraciones de los protagonistas, ordenaba anular goles, conceder penales, perdonar expulsiones y en definitiva cambiar resultados luego de finalizados los 90 minutos.

¿Se hacía justicia así? Es dudoso. El Campeonato Uruguayo de 1933 tuvo una definición accidentada y dilatada debido a esa razón. Todo empezó con la anulación de un gol de Pedro Young a Sud América que podía darle el título a Peñarol. Se protestó y el tribunal mantuvo la anulación. Por eso, los dos grandes empataron el primer puesto del torneo y fueron a una final. Y terminó en un escándalo, cuando el famoso “gol de la valija” desató la protesta de los jugadores albos ante el juez Telésforo Rodríguez. Hubo agresiones, tres expulsiones y largas discusiones hasta que no pudo continuar porque se había ido la luz.

Semanas después, el tribunal no dio por válido el gol y redujo las expulsiones a dos, ordenando continuar el partido. Fue el famoso pico (más alargue) en el que los nueve de Nacional frenaron a los once de Peñarol.

La repetición de la final tuvo lugar meses más tarde, también finalizó 0-0 y Nacional protestó ante la liga por un gol anulado a Enrique Fernández, que el tribunal desestimó.

La final de 1944, otro clásico, también provocó un escándalo. Nacional ganaba 2-0, cuando el árbitro Genaro Cirilo marcó una discutida falta técnica en el área tricolor; de esa incidencia vino el primer gol aurinegro. El empate llegó por un penal, debido a una agresión del arquero Aníbal Paz a Ortiz, que supuestamente lo había provocado o salivado. Peñarol ganó 3-2. Cirilo fue agredido en la cancha por un aficionado.

En un clásico de 1972, Romeo Corbo convirtió para Peñarol, pero a instancias del línea Rafael Pino el árbitro Milton Lorenzo anuló el gol, considerando que la posición de Noble sobre la línea de gol no era pasiva, en tiempos en que la regla era diferente a la actual. En protesta, Peñarol no se presentó a un partido posterior para el cual había sido designado Lorenzo.

Por la segunda rueda de 1998, Nacional venció 4 a 2, pero Peñarol reclamó dos goles anulados a Franco y Aguirregaray por el árbitro Olivier Viera en el segundo tiempo. El aurinegro vetó a Viera por dos años. Este denunció penalmente a Jorge Pasculli, relator partidario, por sus dichos.

Los clásicos que definieron el Uruguayo 1999 estuvieron repletos de decisiones arbitrales cuestionadas. En uno de los partidos, Joe Bizera y Richard Morales saltaron por la pelota en el área aurinegra. La pelota dio en la mano de Bizera, pero José Luis Da Rosa dio mano del delantero tricolor. En la segunda final, Gustavo Méndez sancionó penal por una falta cometida por Marcelo Romero a Guigou fuera del área. Para la tercera final no parecía haber árbitro sin objeciones para dirigirlo. Al final lo hizo Sergio Komjetán, que no estaba en los planes de muchos, e hizo un buen trabajo.

Clásico de 2018. Foto: Archivo El País.
Clásico de la temporada 2018 con un gol de Peñarol en el que se pidió offside. Foto: El País.

Durante aquellos años, Méndez estuvo en el centro de varios escándalos, con damnificados de diversos colores. En el 2000, Peñarol volvió a protestar contra él por las constantes faltas de ataque que cobró en la final, que terrminó 1-1 y dio el título a Nacional.

En 2003, el que protestó contra Méndez fue Nacional. Por la semifinal del Uruguayo, le reclamó que el gol del aurinegro Bizera fue logrado luego de agotado el descuento del primer tiempo. También criticó algunas de las expulsiones dispuestas. Peñarol ganó 1 a 0 y fue campeón.

Al llegar la última fecha del Uruguayo Especial 2005, Defensor Sporting y Nacional peleaban el título mano a mano. Jugaron sus partidos al mismo tiempo, pero Méndez otorgó exagerados descuentos en Nacional-Rocha. En el minuto 96 terminó sancionado un penal muy dudoso a favor de los tricolores, que ganaron y forzaron una final. Pero Defensor decidió no presentarse en señal de protesta. Méndez no volvió a dirigir.

Clásico. Foto: Archivo El País.
Clásico que tuvo una mano de Sebastián Fernández antes de un gol de Nacional. Foto: El País.

Los últimos casos, hasta los del presente, en que hinchas y dirigentes pusieron el grito en el cielo, fueron clásicos de 2014 y 2018. En el primero, Nacional dio vuelta al final un partido que perdía 1 a 0. Los aurinegros pidieron mano de Sebastián Fernández en el gol del empate y señalaron que no existió falta de Valdez a Taborda en la incidencia que terminó con el gol de tiro libre de Recoba. Por la semifinal del Uruguayo 2018, el gol del empate de Peñarol se inició con un tiro libre desde el costado del área, que encontró a dos jugadores de adelantados. cabeceó Rodriguez, pegó en los dos palos y Formiliano convirtió. El asistente Miguel Nievas no levantó su bandera y el árbitro Daniel Fedorczuk concedió el gol. Peñarol ganó 2-1 y fue campeón.

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