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El escándalo de corrupción en el fútbol español

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Corrupción en el fútbol

ESPAÑA

La policía desbarató una organización que arreglaba partidos para beneficio de los apostadores: así funciona un sistema que arregla hasta los corners.

Corrupción en el fútbol

El escándalo de los partidos arreglados que acaba de estallar en España, nueva demostración de la tenebrosa acción de las mafias de las apuestas, llevó a la cárcel a conocidos exfutbolistas. Y hace recordar a aquella anécdota de hace muchos años en Brasil, cuya veracidad es dudosa pero advierte el peligro de la corrupción de los resultados.

Cuentan que durante un partido en una ciudad del interior brasileño, un delantero recibió un pase que lo dejó solo ante el arco rival. Cuando iba a rematar, le dijo al golero: “¡Atajala, que estoy vendido!” Y el arquero le respondió: “¡No puedo, yo también!”

No hay que ir muy lejos, apenas hasta diciembre 2010, para encontrar un caso casi tan absurdo. Jugaban Argentina y Bolivia un torneo amistoso sub 20 en Córdoba. El árbitro húngaro Lengyel Kolos dio 12 minutos de descuentos, sin motivo alguno, y al final concedió un penal inexistente a los argentinos. Enseguida saltaron las alarmas sobre la acción del crimen organizado vinculado a las apuestas incontroladas. Y de hecho, el juez fue suspendido de por vida por la FIFA. ¿Y por qué un árbitro húngaro en un torneo amistoso sub 20 en América del Sur? Aparentemente fue imposición de los organizadores del torneo.

Un tema paralelo es el del arreglo de partidos con fines deportivos, por ejemplo para lograr un título o evitar un descenso. Se denunciaron casos en todo el mundo y desde los orígenes del fútbol, aunque pocas veces pudieron comprobarse y sancionarse. Hoy ese tipo de partidos tiene una visibilidad tan grande que hace más difícil la corrupción.

Sospechas. Las denuncias están lloviendo sobre los tribunales españoles, luego que se conocieran la semana pasada los detalles de la “Operación Oikos” de la Policía Nacional. Por ejemplo, en el partido Acero-Orihuela, de la zona valenciana de la Tercera División, se registraron 16 corners en el primer tiempo. Si alguien no vio el encuentro, nada sospecharía, porque el resultado fue “normal”.

Pero también hubo casos en juegos más notorios, como el Huesca-Nàstic del 27 de mayo de 2018 por el torneo de Segunda, que los visitantes ganaron por 1 a 0. Huesca, ya ascendido a Primera, era claro favorito ante un adversario que peleaba el descenso. Así lo reflejaron al comienzo las apuestas, que poco antes del partido cambiaron radicalmente y pasaron a pronosticar el triunfo visitante, además con un flujo de juego inusual para la importancia del partido. Ya en la cancha, el dominio fue del Huesca, pese a lo cual las apuestas a favor de su rival siguieron creciendo durante el transcurso del encuentro.

La UEFA investigó el caso y esta fue su conclusión: “Hay pruebas claras y apabullantes de que el curso o el resultado de este partido fue influido excesivamente con intención de obtener beneficios corruptos de las apuestas. Las pruebas de las apuestas indican básicamente que los apostantes tenían conocimiento previo de que la SD Huesca iba a perder el partido”.

A raíz de este partido la Policía inició su acción, que puso bajo investigación la semana pasada a una veintena de personas por su participación en arreglos de partidos. Algunos de ellos fueron detenidos, como el presidente del Huesca, Agustín Lasaosa, y el médico del equipo, Juan Carlos Galindo. También jugadores y exjugadores de Primera y Segunda, entre ellos Borja Fernández, recién retirado capitán del Valladolid. El cabecilla de la trama sería el exlateral izquierdo de Real Madrid y la selección española, Raúl Bravo, que dejó el fútbol hace un año.

Según la Policía, el arreglo de Huesca-Nàstic costó unos 200.000 euros, lo cual hace pensar que la ganancia de las mafias es millonaria. El caso de los 16 córners del Acero-Horihuela tampoco pasó inadvertido: el propio club Acero lo denunció a la Justicia.

El diario El Mundo de Madrid realizó hace un tiempo una entrevista a un excorredor de apuestas, en la cual revelaba que "al menos el 40% de los encuentros de Tercera están amañados". Los futbolistas de esos equipos son profesionales pero ganan muy poco dinero. E incluso a algunos clubes no les interesa demasiado ascender, por los costos que representaría competir en Segunda. Todo eso representa un ambiente tentador para la corrupción.

Las apuestas se realizan generalmente a través de las casas asiáticas de juegos de azar, que tienen menos controles y por lo tanto resultan más seguras para las mafias. Y atraen al mercado chino, donde hay millones de apasionados por el juego. Las casas de apuestas occidentales tienen filtros para evitar estas situaciones. Además de analistas que siguen en tiempo real cómo se desarrolla un partido, utilizan algoritmos que cuando detectan un ingreso de apuestas desmedido para la importancia del partido o contradicen el resultado probable “congelan” el encuentro y lo quitan de las apuestas. Y avisan de su sospecha a las autoridades.

Siempre hubo casos oscuros

Más allá de los medios que utilizan las mafias, siempre hubo casos oscuros en el fútbol, algunos de ellos con gran repercusión.

En Italia, Milan y Lazio fueron descendidos en 1980 por los tribunales deportivos y varios futbolistas recibieron duras sanciones al comprobarse su participación en una red de apuestas clandestinas. Entre los suspendidos figuraba Paolo Rossi, figura de Italia en Argentina 78 y nuevamente en España 82, tras cumplir una sanción de dos años.

La revista brasileña Placar reveló en 1982 una vasta organización dedicada a arreglar partidos para obtener ganancias en la Lotería Esportiva oficial.

La Justicia funcionó demasiado despacio y no llegó a castigar a ninguno de los implicados, pero la Lotería Esportiva inició un proceso irreversible de desprestigio. Tiempo después el juego fue totalmente reformulado.

¿Cómo se arregla un partido?

1- La organización mafiosa se vincula con intermediarios, que suelen ser futbolistas recién retirados o a punto de retirarse, que conocen muchos colegas en actividad y saben a quién tentar.

2- En base a la información que manejan esos intermediarios se resuelve arreglar tal o cual partido. Por lo general son encuentros de categorías menores o juveniles, que tienen menos notoriedad.

3- Los intermediarios hablan con los jugadores que mandan en el vestuario de un equipo. Generalmente son el capitán, el arquero y los zagueros centrales.

4- Además del resultado final, pactan incidencias que permiten a la mafia realizar apuestas combinadas (resultado final y/o parcial, cantidad de corners, goles, tarjetas).

5- Si hay acuerdo con los futbolistas que intervendrán en el partido elegido, se les paga un anticipo en efectivo y el resto cuando se produce el resultado arreglado.

6- Si el resultado no es el convenido, los jugadores arreglados quedan en deuda con la organización y deben vender otro partido (De un informe de la Policía española, citado por la prensa de ese país).

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