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El equipo albo ya no gravita por las bandas

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Amaral. Tuvo un buen primer tiempo; bajó en el complemento.
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Aunque ya pasaron dos meses, cada vez se extraña más a De Pena.

En el primer tramo del Torneo Apertura —también en los primeros partidos de la Copa Sudamericana— una de las grandes virtudes que tuvo Nacional fue lo gravitante que fue el juego por las bandas, "por afuera", abriendo la cancha. De esa forma llegaron varios goles de los tricolores en los primeros partidos, donde el equipo albo se transformó en el más goleador del campeonato.

Las sociedades que se formaron fueron fundamentales y contribuyeron para un buen andamiaje colectivo. No sólo en ofensiva, para generar situaciones de riesgo sobre el arco rival, también en defensa.

Por derecha, Jorge Fucile y Leandro Barcia generaron un circuito interesante y, por izquierda, Alfonso Espino y Carlos De Pena formaron una sociedad casi imparable.

Nacional basaba mucho su juego por los andariveles. Sus jugadores llegaban a fondo, mandaban el centro al medio y siempre aparecía un atacante para convertir, que generalmente era, claro, Iván Alonso.

En los primeros días de septiembre se fue Carlos De Pena —quizás el mejor exponente del buen juego por afuera, por su velocidad y por su técnica— a Inglaterra y la primera sociedad se disolvió. Desde ese momento Alfonso Espino, que había empezado bien y con mucho ímpetu, no fue el mismo. Además, Leandro Barcia bajó considerablemente su nivel y dejó de ser titular y las lesiones persiguieron a Jorge Fucile, mermando el poderío albo por la derecha.

En los últimos partidos, una de las falencias que tuvo Nacional fue, justamente, su pobre actuación por las bandas.

Ayer no fue la excepción. Pese a que el tricolor generó el segundo gol por el sector izquierdo, con una buena incursión de Espino, que mandó el centro desde tres cuartos para el gol de Sebastián Fernández, las subidas por los carriles son cada vez más esporádicas.

Ante la lesión de Fucile, Gustavo Munúa no le ha encontrado un sustituto. Los que han jugado (Santiago Romero y Damián Eroza) lo han hecho fuera de posición y no han desequilibrado. Por el otro lado, Espino atraviesa un bajo momento, al igual que Abero.

Tampoco hay que perder de vista que el sistema táctico que está empleando el DT ahora no favorece el juego por las bandas como sí lo beneficiaba el 4-2-3-1 del inicio.

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Amaral. Tuvo un buen primer tiempo; bajó en el complemento.

TORNEO APERTURAJUAN PABLO ROMERO

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