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Emiliano Alfaro con otra cabeza

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Alfaro

LIVERPOOL

El delantero volvió a Liverpool por tercera vez y lo hizo tras haber ganado sabiduría jugando en ligas exóticas: "en la India ves lo que nunca te imaginaste y choca, choca mucho"

Emiliano Alfaro volvió por tercera vez a Belvedere, su casa. Y aunque aún se está recuperando de una grave lesión (se rompió el tendón de Aquiles jugando en la India), está feliz. “Hace tiempo que tenía ganas de volver a Uruguay a disfrutar de la familia y los amigos y que mis hijos me vieran jugando acá. Que sea en Liverpool corona un poco todo porque es el único club en el que jugué acá y es mi casa”, dijo sobre la institución a la que llegó con 16 años. En realidad vino a jugar en la selección Sub 17 y Liverpool lo compró al Huracán de Treinta y Tres.

“Llegué con Elías Figueroa y Palma nos puso en Primera División, sin haber hecho casi juveniles. Inicié mi carrera profesional sin haber tenido formación ninguna acá en Montevideo”, rememoró Alfaro, para quien Montevideo no resultó fácil al principio.

“Fue muy difícil por dejar la familia y los amigos. Por suerte tenía a mi hermano estudiando acá y vivía con él. No me canso de decir que una de las cosas fundamentales por las cuales elegimos con mis padres venir a Liverpool era por la contención y el soporte que necesita un niño que se viene de afuera, algo que el club sigue brindando hasta ahora. Tenía posibilidades de ir a otros equipos, pero nos inclinamos por Liverpool por la calidad humana. Yo era un niño, fueron mis padres que me guiaron y hoy, pasado el tiempo, sé que acertaron. Extrañaba mucho, pero mis padres venían y Liverpool me contuvo”, afirmó. Por eso Belvedere es siempre su primera opción cuando vuelve a Uruguay. Lo fue cuando el club estaba en Segunda y los goles de Alfaro (fue el máximo artillero de la divisional) ayudaron a que regresara enseguida a la A.

escudo
Belvedere. El delantero sólo jugó en Liverpool en Uruguay.

EL MUNDO. Aquel chiquilín de 16 años que recorrió los 290 kilómetros que separan su Treinta y Tres natal de Montevideo no imaginaba los exóticos destinos a los que llegaría detrás de la pelota. Alfaro jugó en Emiratos Árabes, en Tailandia y en la India. “Ni soñando lo hubiera pensado. El fútbol me ha llevado a lugares insólitos y futbolísticamente hablando totalmente desconocidos para los uruguayos. Pero cuando uno llega a esos mercados y los conoce de primera mano se da cuenta lo que son. A veces nos creemos poco más que inventamos el fútbol y basta con salir a otros lugares para saber que no es así, que el fútbol es cada vez más global. Y que en Asia, por ejemplo en Tailandia donde yo mismo creía que era solo playas, llegué a un club que parece el Manchester City. Que mete 40.000 personas por partido y vende tres millones de camisetas por año. Son otros mercados, con mucha más gente”, dijo sobre los países donde jugó, donde se enriqueció culturalmente y abrió la cabeza.

“Valió la pena desde todo punto de vista, no sólo por lo económico. Yo a cada lugar que voy trato de quedarme con lo cultural y con la historia. India a nivel cultural te abre la cabeza de una manera increíble. Lo mismo Tailandia y Emiratos. Dubai, donde viví en Emiratos, y la India son los polos más opuestos del mundo. Después están todos los otros países en el medio. Pero tanto Emiratos Árabes donde disfruté mucho y nació uno de mis hijos, como India me dejaron cosas muy buenas a nivel cultural. Además de que económicamente son mercados que sirven”, admitió. Y le costó elegir en dónde se sintió mejor.

“Me sentí muy cómodo en Dubai porque la calidad de vida es impresionante. Se vive todo el año con calor, se puede disfrutar de la familia y no hay grandes traslados para jugar. Un montón de cosas que te permiten disfrutar de la vida y del fútbol. Además, los árabes tienen una particularidad: si te va bien en la cancha y demostrás que sos profesional (ellos quieren fomentar el profesionalismo en los jugadores locales), se abren y son muy generosos. Y a mí me pasó eso, me fue bien y los árabes se portaron bárbaro conmigo desde que llegué hasta que me fui. Y jugué en dos etapas en dos equipos diferentes”. Defendió al Al Wasl y Al-Fujairah los dos clubes que dirigió Maradona en Emiratos, pero no coincidieron, siempre se cruzó con el Diez.

LIGA INDIA. En India jugó dos temporadas y media. Al principio coincidió con Forlán. “La parte futbolística y la infraestructura están muy bien, porque es una liga privada. La compró una persona muy poderosa y se rige bajo el formato de la Premier League. Es todo muy estructurado y a nivel económico no tenés ningún problema. Y hay muchos extranjeros que levantan el nivel de los equipos. Lo difícil es vivir ahí. Vivís muy bien en un hotel, con un cheff que te cocina, pero abrís la ventana y es muy difícil. Ves lo que nunca te imaginaste y eso te abre la cabeza. Al principio me afectaba mucho, porque si bien tenés un chofer que te lleva y te trae, vos vas mirando para afuera y te choca mucho. Al final optás por ir leyendo un libro, para no verlo. Te das cuenta que los uruguayos estamos a años luz de esa sociedad, aunque siempre quiero que mejoremos”.

LESIONES. Las lesiones le han jugado una mala pasada a la carrera de Alfaro. Pero asegura que eso también fue un crecimiento. “No puedo decir que he tenido mala suerte, porque el fútbol me ha dado tanto que no puedo decirlo. Jugué en Europa (Lazio) y en la selección. El fútbol me ha dado mucho y si no hubiera tenido lesiones tan complejas hubiera rumbeado para otro lado. Aún podría estar jugando en Europa... o no. Eso nunca se sabe. Las lesiones me cortaron el impulso en momentos cruciales, en momentos muy buenos de mi carrera, pero me sirvieron para valorar lo que es estar sano. Se lo digo a los compañeros acá en Liverpool: disfruten de estar sanos y el día a día. Sobreponerse a las lesiones es también poner a prueba la fuerza mental y eso me ha potenciado”.

Negriazul

Cuando Palma lo llevaba a comer a su casa

“Palma es muy difícil, pero yo me llevo muy bien con él. Lo aprecio mucho y sé que él a mí. Es difícil a la hora de negociar, pero porque defiende a Liverpool. Yo llegue acá siendo un niño y muchas veces me llevaba a comer a su casa. Y eso lo valoro. Te dice una cosa y podés cerrar los ojos que lo va a cumplir. Y eso en el fútbol no es fácil de encontrar”.
Alfaro es consciente que lo que le falta a Liverpool es un título. “Lo he hablado muchas veces con Palma. Un club es todo, pero la Primera División es el termómetro de cualquier club y ganando un campeonato subís la vara. Todo crece y se valoriza y te posicionás desde otro lado. Aunque no es fácil, más para un equipo chico. Competir contra los grandes, con las diferencias de presupuesto, es muy difícil. Igual lo principal es el convencimiento que tengamos todos acá, y nosotros soñamos con lograrlo”.

Alfaro flia
Papito. Emiliano con Trinidad y Baltasar, frutos de su amor con Agustina. 
hijos

Un legado de amor y libertad

Alfaro es padre de dos niños. Baltasar (6 años) nació en Dubai y Trinidad (3) iba a nacer en Roma, pero su papá se vino a jugar en la B con Liverpool y es uruguaya. “Trato de hacer con ellos lo que hicieron mis padres conmigo. Con darles el 10% del amor y la libertad que me dieron mis padres, me alcanza”, dijo quien lleva nueve años en pareja con Agustina con quien se ennovió en un verano en La Paloma.

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