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¿Cómo elige Nacional a los niños para nutrir a las formativas?

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Daniel "Pato" López
MARCELO BONJOUR

FÚTBOL

Daniel “Pato” López explica cómo trabajan los tricolores con los más pequeños y destaca la importancia que tiene la familia alrededor de un potencial futbolista.

"Mirá el 4. Tiene tremendas condiciones. Técnicamente es muy bueno”. El grabador del periodista recién se había apagado y fue el primer comentario del entrevistado. ¿En qué te fijás para decir eso? “Observá cómo para la pelota y la manera en la que le pega”. Se trata de Daniel López, más conocido como “Pato” López. Es el principal responsable de la captación de Nacional y referente en Uruguay en esa área.

El captador es esa figura que se dedica a mirar todo el tiempo partidos del baby fútbol para tratar de encontrar talentos. Cuando el captador opina que un niño tiene condiciones, lo invita a empezar a practicar en el club para el cual trabaja. Se puede llegar a pensar que es una tarea sencilla, pero es todo lo contrario. Y tiene un montón de variables que pueden llegar a ser inimaginables para cualquier persona.

En Nacional, son varios los que destacan el trabajo del “Pato” y del grupo de captación. Hoy los tricolores son muy fuertes en juveniles, y una de las principales razones es la excelente captación que se realiza.

En 2018 los tricolores ganaron la Tabla General Acumulada de formativas y en este 2019 están primeros, cerca de volver a triunfar. Empezaron este fin de semana nueve puntos arriba de Defensor Sporting. Aunque el principal objetivo es la formación de jugadores.

Daniel "Pato" López
Daniel "Pato" López en Los Céspedes, lugar en el que entrenan desde la 2008.
FOTO: Fernando Romero.

Nacional tiene un convenio con la Liga Palermo hace 15 años. Yo coordino todas las selecciones de esa liga y dirijo las que salen a jugar los Campeonatos Nacionales, porque de esa forma veo a los chicos del interior. Este fin de semana fuimos a Fray Bentos y observamos a chicos de Tacuarembó, Salto y Colonia. Acá en Montevideo miramos todos los campeonatos de selecciones de todas las generaciones, y los fines de semana los campeonatos de clubes, porque hay veces que hay chicos que no están en la selección pero tienen condiciones para estar. No todos tenemos el mismo gusto”, explica López mientras se hace difícil escucharlo. “¡Maicol! ¡Venite a jugar más cerca de la raya! Por el medio hay mucha gente”, grita un padre pegado al alambrado. Es que el “Pato” está en su lugar de trabajo, en el hábitat que mejor se siente. Es la cancha de Montevideo Belgrano, en Malvín Norte, pegado al Instituto Pasteur y a la Facultad de Ciencias. Se está jugando el partido entre la Liga Paso Molino y la Liga Piedras Blancas, en la generación 2010.

“Después están los campamentos que hacemos con Nacional en el interior. En el club tenemos dos tipos de captación, hasta la Preséptima (13 años), que la hacemos nosotros, y después la captación de Séptima División a Quinta, la que llevan adelante Alberto Bica y Nicolás Salaberry. En ambas captaciones salimos juntos y todo está coordinado por Sebastián Taramasco. Si hay una captación en Rivera, los dos primeros días están ellos con las categorías grandes y el tercero y el cuarto estamos nosotros con las chicas”, comenta el “Pato” mientras no deja de mirar el partido en el que hay un gol.

“La base nuestra tiene que estar en Montevideo - Canelones por un tema de costos, es decir, lo que gasta el club con los chicos en la residencia. Nosotros en una Séptima División no podemos sumar más de siete u ocho jugadores del interior teniendo en cuenta el presupuesto y el espacio que hay en la residencia”, dice el entrenador.

Nacional le dedica anualmente sólo a captación unos 250.000 dólares aproximadamente, teniendo en cuenta los recursos para logística y recursos humanos. A los divisiones juveniles, Nacional le dedica dos millones de dólares al año, en números aproximados.

El convenio con la Liga Palermo le ha sido muy redituable a los albos. “Lo que tiene de bueno es que nosotros estamos cuatro o cinco años entrenando con esos chicos y ya tenemos el trato con la familia directo. Es una ventaja, porque los mismos padres nos empiezan a tener confianza a nosotros y es como lo vamos enganchando”, dice.

Daniel "Pato" López
Daniel "Pato" López con la cancha de Montevideo Belgrano de fondo. FOTO: Marcelo Bonjour. 

“No sólo es importante que el pibe juegue bien, sino el entorno familiar en el que está. Nosotros miramos muchísimo la parte social y familiar; tratamos que la familia esté conformada, que el padre y la madre estén arriba, que los chicos estudien. Hay un montón de cosas que antes no se miraban que ahora sí. Hace más de cinco años que cambió ese aspecto en Nacional”, explica López y rápidamente agrega que “hoy en día el biotipo de jugador que se utiliza para el día de mañana poder ver tiene que tener ese tipo de características; antes salía más el de campito, que jugaba todo el día en la calle. Hoy ya no es tanto eso”.

“Pato” López hace 22 años que trabaja en Nacional y lo acompañan en el grupo de captación Jorge Galán (hace 20 años que está en el club), Alejandro Bruzzoni y Juan Furtado.

“Lo fundamental que miramos es la técnica. Después la velocidad y, de acuerdo a la posición, las características que nos gustan: cómo se maneja un zaguero en el uno contra uno; si es un lateral, que tenga recorrido por las bandas; un arquero si es alto mejor”, manifiesta López y explica cómo sigue el procedimiento si hay un jugador que les gusta: “Cuando vamos a los equipos de baby fútbol, primero hablamos con un dirigente del club para que nos autorice a hablar con los padres. Queremos mantener el buen relacionamiento con los clubes, yo puedo pisar cualquier cancha del país que nadie me va a señalar porque siempre intenté trabajar de la manera más transparente. Si nos autorizan hablamos con los padres. A nivel de selecciones es distinto porque hay niños de varios clubes”. Entre risas, dice que “en ese caso observo quién es el padre, que es el que le grita de afuera, o veo con quién va a buscar el agua cuando termina el primer tiempo. Si esas estrategias no funcionan, espero a que termine el partido y hablo con los padres”.

Desde el principio, Nacional realiza una tarea muy profesional y meticulosa. “Hacemos un trabajo en conjunto con Diego Gonzo, que es el encargado de la residencia (a una cuadra de la sede de 8 de Octubre), y Mauricio Vieira, que está en residencia y es el ayudante técnico de Séptima. Cada vez que traigo a un chico del interior lo primero que hago es traer a la familia a la residencia, contarles lo que le brinda Nacional fuera de lo deportivo. Les brindamos el Colegio Palloti (también hay un acuerdo), una sala de estudio en la residencia, un profesor de apoyo, la logística del día para moverse de un lado a otro, la comida. No andan en la calle”.

Esa logística es de los niños o adolescentes que ya están fichados, pero también hay menores que se quedan en la residencia cuando vienen a practicar desde muy lejos. “Cuando vienen por el día a entrenar los voy a buscar a Tres Cruces y hasta que no se suben de vuelta al ómnibus no me quedo tranquilo; hasta les mando una foto a los padres. Cuando es un niño de Rivera o Salto, de repente se queda una noche a dormir”.

“¡Goool! ¡Buena Thiago!”. El partido entre Paso Molino y Piedras Blancas es atractivo y hay más de 50 personas mirándolo una nochecita de martes, mientras la lluvia amenaza con largarse en cualquier momento.

Baby fútbol
Partido entre la Liga Paso Molino y la Liga Piedras Blancas con niños de nueve años.
FOTO: Marcelo Bonjour.

López señala que “intentamos ver a los chicos más de una vez, incluso a los del interior, a los que les pagamos el pasaje. A veces vienen muy ansiosos y con nervios y de repente no le salieron las cosas. Aunque nosotros nos tenemos que dar cuenta si es bueno aunque ese día juegue mal. A los de Montevideo los vemos más; la generación Preséptima por ejemplo viene tres veces por semana a entrenar. Ayer entrenamos con niños 2011, a los que les falta cinco años para Séptima”.

“Afiné muchísimo el ojo. Cuando empecé, si traía 10 jugadores le embocaba a dos o tres; hoy creo que de 10 le pego a ocho”, comenta López entre risas e intentando sacarse protagonismo ante la pregunta del periodista.

Antes de dedicarse a la captación, López vendía bijouterie. Trabajó en el club Exploradores Artigas, donde su padre fue presidente, y luego pasó a ser el DT de la Selección de Palermo. En ese momento Luis González y Gerardo Panizza, que estaban en Danubio, pasaron a Nacional y lo llevaron.

El “Pato” no lleva una estadística de cuántos de los jugadores que elige llegan a Primera, pero “son unos cuántos, je”. No le gusta nombrar a nadie, pero entre ellos están Santi Rodríguez, Felipe Carballo, Guzmán Corujo, Emiliano Martínez y Rodrigo Amaral. “A Rodrigo y a Mathías Olivera, por ejemplo, los tenía en la selección desde los siete años”.

Santiago Rodríguez
Santiago Rodríguez fue uno de los jugadores que descubrió el "Pato". FOTO: Marcelo Bonjour.

El principal objetivo de una captación es que los niños elegidos lleguen a Primera. “Cuando un niño lo logra me genera mucho orgullo. La satisfacción es muy grande”.

“La clave del mi trabajo está en estar, porque si tu dejás de ir hay otros equipos que también trabajan muy bien y se te van a escapar los jugadores. Yo vivo para esto y trato de estar en todas las canchas”, explica.

“El trabajo nuestro es muy silencioso y no se conoce mucho. Si hoy en día tengo cierto nombre es gracias a ellos, a los jugadores que se acuerdan del comienzo y que cada vez que llegan me nombran. Son agradecidos”.

En ocasiones sucede que hay jugadores que observa que son muy buenos, pero que igualmente no se los convoca. “Yo tengo que comparar con lo que ya tengo. A veces pasa que un 9 es muy bueno, pero no mejor de lo que ya tengo entrenando. Nosotros buscamos en Nacional un tipo de jugador: el de buen pie, el que le gusta a la hinchada”, concluye “Pato” López.

Así como el arte de elegir tiene sus cosas difíciles de hacer, como decirle a un niño que no seguirá en Nacional y sentirse responsable del llanto, también tiene cosas positivas. “Lo más lindo es lo que te dicen y que te hagan sentir parte. Hay gente del interior que me ha regalado un cordero o un lechón y son muestras de cariño y de agradecimiento”.

Daniel "Pato" López
El "Pato" junto a sus colaboradores en uno de los campamentos tricolores.

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