Publicidad

El elegido: Matías Aguirregaray

Compartir esta noticia
Locura. La de Matías Aguirregaray al celebrar su tercer gol clásico. Foto: A. Colmegna
[[[ ]]]

A priori los compañeros le hacen bromas durante la semana, es un jugador que con la camiseta de Peñarol, tiene estrella, tiene un ángel especial.

"Llegan los partidos difíciles y siempre convierte", dijo Pablo Bengochea sobre el "Vasquito" Aguirregaray que ayer marcó su tercer gol clásico y le dio el empate a su equipo.

"Hoy hizo un gol muy importante que nos permite mantener la punta. Si no hubiera llegado ese gol, la sensación hubiera sido tristísima porque hubiéramos perdido el clásico y la punta", añadió el técnico, quien contó a su vez, que cuando llegó al vestuario felicitó al "Vasquito" que es una especie de sobrino o de ahijado para él.

"Por suerte me ha tocado hacer goles importantes, pero estoy tranquilo. El empate era favorable para nosotros", dijo por su parte Aguirregaray, en dialogo con Ovación.

"Jugamos un poco mejor en el primer tiempo. Podíamos habernos ido con una victoria al descanso y sin embargo, nos fuimos con una derrota. Después se nos hizo cuesta arriba el partido, pero por suerte vino ese gol y pudimos empatar", analizó sobre el clásico. "El partido salió muy bien, tuvimos tres chances claras que no pudimos convertir, pero luego, en el segundo tiempo, con los cambios buscamos la falta que era lo que queríamos y pudimos empatar", añadió.

A propósito del gol, contó que era una jugada de pelota quieta que entrenan siempre. "Yo fui a cerrar el segundo palo, de último hombre y vi que estaba en offside, pero como uno de ellos la peinó, entonces me tiré porque si le ponía el pie venía muy enredada la pelota y con la cabeza me quedó más fácil. Por suerte sirvió para todo el grupo y eso es lo que me deja más contento", dijo.

Y también contó que le hizo caso a su padre. "Él me dice que cierre ahí, que vaya al segundo palo porque la pelota cae ahí. Le hice caso y resultó, por eso lo fui a saludar apenas entré al vestuario", relató.

El "Vasquito" lleva cuatro goles en el Apertura, más que Forlán y Zalayeta. "Son cosas que pasan, es fútbol. Pero son ellos los referentes del grupo y los que nos marcan el camino. Ya van a venir los goles de ellos", afirmó humilde.

El de ayer fue su tercer conquista clásica. Si elige uno, obviamente se queda con el que le dio a Peñarol el Campeonato Uruguayo 2009-2010. "Este también fue importante porque no podíamos perder. Nos servía el empate, pero queríamos ganar. No se pudo y ahora todo sigue igual. Me hubiera ido muy contento si ganábamos. Quedan tres fechas todavía", reconoció.

"Si ganábamos hubiéramos sacado una ventaja importante, pero ahora está todo muy parejo y hay que jugar tres finales. Por suerte vamos a poder trabajar con tranquilidad en estas dos semanas".

Al final admitió que cuando estaban en desventaja, vio complicado el partido. "Era un clásico, y siempre son complicados, más teniendo que revertir la situación, Pero confiábamos en nosotros. La charla del entrenador en el entretiempo fue muy buena y nosotros nos dimos mucho para adelante entre nosotros", contó sobre lo que sucedió en el vestuario visitante del Centenario. "Pablo nos dijo que siguiéramos así, que habíamos hecho un buen primer tiempo. Que confiáramos en nosotros mismos y en el trabajo que hacemos. Nada más que eso", contó. Y se fue tranquilo, y con su padre escoltándolo.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Locura. La de Matías Aguirregaray al celebrar su tercer gol clásico. Foto: A. Colmegna

CLÁSICO CALIENTESILVIA PÉREZ

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad