Si yo fuera Luis Suárez hoy me estaría destornillando de la risa.

El “Pistolero” está disfrutando de la venganza más dulce. Mientras él brilla en el Barcelona y es candidato a pelear el Balón de Oro mundial, quienes se atrevieron a juzgarlo, a expulsarlo del Mundial y a tratarlo como a un criminal, están -en buena cantidad- sospechados de corrupción. Algunos ya cayeron y otros por hacerlo, como el ya exsecretario de la FIFA, Jerome Valcke, quien fue acusado de revender entradas para el Mundial. Mientras tanto, los uruguayos no podemos disfrutar como Suárez, porque fue condenado por personas que se ha demostrado no están a la altura moral de juzgar a nadie y el “Pistolero” no podrá jugar los primeros cuatro partidos de las Eliminatorias. En esas manos estuvo y está el fútbol mundial: en las de quienes deciden tomando whisky y pergeñando cómo sacar provecho del fútbol. El hincha, quien paga, es el que sufre.

DE VOLEA - DANIEL ROSA