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Duerme tranquilo

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Wanderers debía ganar los tres puntos ante Palestino para aspirar a seguir en la Copa y lo hizo. Fue 1-0 con más sufrimiento del que debió.

Hasta dónde puede llegar Wanderers? Es, en cierta forma, la pregunta que todos los uruguayos se hacen. El equipo bohemio es la única esperanza del país en esta Copa Bridgestone Libertadores, porque Nacional ya quedó por el camino y Danubio tiene una llave imposible.
Gran porcentaje de la respuesta estaba en campo anoche. Ante Palestino era el partido que el equipo bohemio debía ganar, porque se trata del rival directo en la lucha por el segundo cupo del Grupo 5.

En una serie que también integran Boca y Zamora, el equipo argentino tiene un lugar seguro, por lo que hay que pelear por el restante. El equipo venezolano ya perdió dos partidos (ante Wanderers y Palestino), por lo que parece estar ya fuera de esa lucha. Por esa razón los tres puntos en casa tenían tanto peso para Wanderers. Debía ganar y lo hizo.

Nada le sobró al vicecampeón uruguayo. Anotó un gol a los 23 minutos con un gran remate de Matías Santos, pudo haber convertido alguno más, pero en el segundo tiempo sufrió mucho y de no ser por el arquero Leonardo Burián, pudo haber perdido dos puntos que hubieran sido prácticamente lapidarios, pues esa situación hubiese obligado al equipo de Alfredo Arias a salir a buscar la victoria en Chile cuando le toque ir. Ahora la responsabilidad estará del lado de Palestino, que será el que deberá arriesgar.

Wanderers tuvo dos caras, porque fue muy distinto el de la primera mitad al de la segunda. Presionó muy bien, no dejó maniobrar al rival, le robó el balón, lo manejó con criterio, fue profundo y llegó al gol en forma justificada. Incluso pudo haber liquidado el ánimo de Palestino (y hasta el partido) en el último minuto del primer tiempo, cuando Reymúndez (imparable en esos 45’ iniciales) ganó en velocidad y metió un disparo que devolvió el caño.

Wanderers justificó ampliamente su imposición en los 45 minutos, porque fue un equipo en todo sentido. Jugó en pocos metros, defendió en bloque y atacó inteligentemente por las bandas, culminando las llegadas por el medio. Cometió el pecado de fallar varias situaciones propicias y eso lo hizo sufrir en el final. En el complemento fue otra cosa.

Palestino fue el que presionó, Wanderers perdió la soltura, el balón, los espacios y hasta la paciencia. De a poco comenzó a refugiarse en su campo y entonces Burián comenzó a transformarse en pieza fundamental, con atajadas y anticipos como si fuera un zaguero.

Ante la falta de contención en la mitad del terreno, Arias no lo dudó: metió cambios para encarar los últimos 10 minutos con línea de cinco en el fondo. Había que cuidar la mínima diferencia y lo hizo sin ponerse colorado.

Wanderers ganó, alcanzó a Boca al tope de la tabla con 6 puntos (el xeneize con un partido menos), ganó sus dos partidos en casa y, lo más importante, derrotó al rival que tenía que vencer. Nada está dicho, pero dio un gran paso.

WANDERERS 1-0 PALESTINO

Estadio: Parque Central

Árbitro: Adrián Vélez. Asistentes: Wilmar Navarro y Rafael Rivas (terna colombiana)

Wanderers: L. Burián; Silva, Bueno, Lima, Olivera; S. Martínez, Santos; Verges, Albarracín (78' Díaz); G. Rodríguez (J. Rodríguez) y Reymúndez (72' Riolfo). DT: A. Arias.

Palestino: Melo; Márquez, Lanaro, Díaz y Carvajal; Rosende, Jason Silva (60' Valenzuela) y Vidangossy; Valencia (72' Cantillana), Chaves y Ramos (59' Riquelme). DT: P. Guede

Gol: 23' Santos (W)

Amarillas: Bueno (W). Carvajal, Ramos, Márquez y Díaz (P).

COPA LIBERTADORESDANIEL ROSA

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