TORNEO APERTURA
Mauricio Larriera rotó el equipo pensando en la Copa Sudamericana y de todas maneras consiguió tres puntos muy importantes en el Ubilla de Melo.
Es cierto que el mercado de pases llevó a que Peñarol pierda varios jugadores y que por ende Mauricio Larriera debiera meter mano en el 11, pero el hecho de la cercanía con el juego ante Sporting Cristal por Copa Sudamericana también llevó a que el entrenador optara por algunos futbolistas que habitualmente no son titulares.
Sin ir más lejos, Kevin Dawson, Carlos Rodríguez, Agustín Canobbio y Walter Gargano fueron, dentro del equipo inicial, los que llegaban con más rodaje y dentro de un once alternativo se sintió.

Es verdad que Peñarol buscó una y otra vez a Máximo Alonso por izquierda y que el joven mediocampista no lo hizo mal. A propósito, ganó en varias ocasiones en velocidad generando tiros de esquina, tiros libres y hasta una chance clara para Ariel Nahuelpán que el delantero argentino no pudo aprovechar.
Desde el banco observaban los habituales titulares y sabían, pese a que habían comenzado afuera, que en caso de ser necesario iban a sumar minutos.
Y lo cierto es que a Mauricio Larriera esa estrategia no le salió mal porque dosificó los minutos de sus hombres más importantes e igual se terminó quedando con los tres puntos.

Claro está que mucho mejor hubiera sido que no fuera necesario mandarlos a la cancha, pero jugando entre 45 minutos y media hora terminaron siendo clave para que Peñarol se llevara el triunfo del Ubilla, un estadio siempre complicado para el aurinegro.
El primero en entrar fue Pablo Ceppelini y su ingreso le dio otro juego al equipo. Dejó el 4-5-1 para pasar al habitual 4-2-3-1 y eso le dio mayor profundidad al ataque y otra compañía a Ariel Nahuelpán que pese a no anotar hizo un gran partido aguantando cada una de las pelotas que le llegaron y siendo el primer defensa cuando Cerro Largo tenía la pelota.
De todas maneras, al no observar el cambio en el marcador y viendo que el Arachán, por intermedio de Leandro Otormín, generaba peligro, Mauricio Larriera mandó dos titulares más: Jesús Trindade y Facundo Torres.

Y la diferencia se hizo notar enseguida. Un minuto llevaban en cancha y Peñarol encontró el gol. Ceppelini robó, jugó con Torres y este lanzó un centro que no fue despejado de la mejor manera por la defensa local. Pelota suelta que cayó en los pies de Ceppelini y sin pensar, ni dominarla remató a colocar anotando así un golazo.
Giovanni González ingresó a los 78’ y Agustín Álvarez Martínez a los 90’. De esta forma, Mauricio Larriera les dio algo de descanso pensando en la Sudamericana aunque, como declaró el propio presidente tras el partido: “el triunfo era necesario porque el objetivo a final de año es ganar el campeonato”.