ITALIA

A medida que avanza la edad de un futbolista, surgen las dudas sobre hasta cuándo podrá mantener su rendimiento. Una vez que pasa la barrera de los 30 años, empiezan las preguntas sobre si la temporada siguiente podrá mantenerse como en la anterior.

A fines de 2018, los dirigentes del Atlético de Madrid decidió que Diego Godín, en ese momento con 32 años, no podría mantener su nivel por dos temporadas, que era el tiempo que el zaguero uruguayo reclamaba para renovar su contrato.

Fue así que en junio de 2019 Godín firmó con otro club, uno en el que no tuvieran miedo de hacerle un contrato hasta 2022 y en el que confiaran en que sus 33 años traerían más beneficios que riesgos.

El sábado, el uruguayo tuvo su primera prueba de fuego con el Inter: el clásico ante el Milan en San Siro.

Salió a la cancha conformando una línea de tres en el fondo: Godín por derecha, Milan Skriniar al medio y Stefan De Vrij por izquierda. Ese tridente defensivo hizo un partido casi perfecto y no dio muestras de flaquezas, manteniendo el cero y frenando los embates del equipo rossonero, al punto que el arquero Samir Handanovic no tuvo que realizar atajadas.

El buen rendimiento de Godín y compañía, sumados a los goles de Marcelo Brozovic y Romelu Lukaku, lograron obtener un triunfo clásico por 2 a 0 que mantiene al elenco neroazzurri con puntaje perfecto en las primeras cuatro fechas de la Serie A.

Esta vez, el veterano de la clase pasó su prueba sobrado.