ESPAÑA

Pasaron tres años ya, porque fue el 23 de abril de 2017, pero la imagen sigue grabada en todos quienes vieron aquel Real Madrid-Barcelona en el Santiago Bernabéu. Lionel Messi, entrando al área, recibe un pase de Jordi Alba y manda el balón contra el palo para decretar el 3-2. Faltaban solo 20 segundos para terminar el partido y así concretó la victoria culé.

Fue un gran gol por toda la confección de la jugada, pues resultó a alta velocidad, comenzando por Sergi Roberto, pasando por André Gómez y Jordi Alba, quien llegando por izquierda puso el pase atrás para el zurdazo de Lio, que llegaba así a su gol 500 con la camiseta blaugrana.

Precisamente Sergi Roberto y Jordi Alba recordaron cómo fue aquel gol, que desató lo más importante que dejó la noche madrileña: el festejo de Messi. El 10 se sacó la camiseta y, parado de cara a la tribuna oficial del Bernabéu, la mostró durante unos segundos al público, luciendo el número y su nombre.

¿Por qué hizo esa celebración, que en otro lugar del mundo, como Uruguay por ejemplo, pudo haber desatado una batalla campal? "Ganar en el último minuto, de esa manera y con ese gol y luego la celebración de Lio, creo que eso va a quedar por siempre en la memoria de los aficionados culés", cuenta Sergi Roberto.

Hubo muchas interpretaciones sobre el gesto de Messi, pero nunca ninguna que echara luz sobre lo que le pasó por la cabeza. Desde el círculo de amigos del rosarino se dijo que él no preparaba los festejos y que simplemente hacía lo que le salía, desestimando que fuera algo planificado para burlarse de los madridistas.

Allegados al plantel, por su lado, fueron por la misma línea y expresaron que hizo este festejo como para decir: "Soy Messi, el que les gané el partido", un poco a modo de reacción luego de un partido muy duro, en el cual fue muy golpeado e incluso sufrió un corte en la boca.

La imagen de aquel festejo será imborrable, tanto como el recuerdo de que esa noche el Barcelona le ganó 3-2 a Real Madrid, de visitante y con un gol en la hora.