Publicidad

Después del triunfo, el vestuario rojiverde fue una fiesta

Compartir esta noticia
Celebración de Rampla tras la imposición en el clásico ante Cerro

RAMPLA JUNIORS

La alegría de la victoria conseguida por los jugadores picapiedras en la cancha también se trasladó al camarín.

Fin de una racha negativa. Victoria motivante frente al adversario de todas las horas y con un buen juego. Un golazo para recordar eternamente y una fiesta interminable en la cancha y también en el vestuario.

Rampla Juniors le ganó el clásico de la Villa a Cerro y la alegría no tuvo fin. Porque después de celebrar con entusiasmo en el césped del Estadio Olímpico, la locura se desató en el camarín. "¡Ohhh, vamo' picapieeeee, picapieeee, picapieee, vamo' piecapiee!"

Lo tenían merecido por el esfuerzo y por el 2-0 logrado con inteligencia y capacidad. Para terminar con 33 años sin celebraciones en su cancha. 

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad