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El despegue: el Nacional de Jorge Giordano levantó vuelo

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Gonzalo Bergessio celebrando un nuevo gol con Nacional
ESTEFANIA_LEAL

TORNEO CLAUSURA

El equipo tricolor logró fortalecer su defensa, potenció su mitad del terreno y arriba, los delanteros, empezaron a volar alto.

Nacional levantó vuelo y así empezó el viaje que tiene como destino final la conquista del bicampeonato Uruguayo. El despegue, no solo en la tabla donde tumbó al perseguidor más cercano que tenía en la Anual, se realizó con un equipo que confirmó virtudes y que evolucionó en otras características, como para dar señales claras de ser un conjunto serio que es defendido por una carta de presentación sólida como para concebir que la conquista del Uruguayo es posible.

Un rival que lo forzó a cambiar el libreto en el propio partido, con el que supo dividir las aguas en la primera mitad, pero con el que se vio obligado a retroceder, cerrar espacios para luego contragolpear, es sinónimo de adaptabilidad, de crecimiento colectivo. Nacional, cuando el partido lo demandó ante Montevideo City Torque apareció con una respuesta solidaria de sus jugadores, nadie puso el acento en el lucimiento individual, y así trabajaron para lograr entre todos lo más importante: el triunfo.

Los muchachos de Jorge Giordano tiraron la presión alta cuando pudieron, lanzaron pases largos cuando el partido invitó a ello, se defendieron corriendo a todos cuando el adversario se lució en la posesión y metieron una aceleración de 100 kilómetros por hora cuando se abrieron las brechas que invitaron a salir con feroces contragolpes (uno terminó en gol y otros dos estuvieron muy cerca).

A este avión se le han ido ajustando los tornillos, se lo cargó de combustible con el descanso que recibió en un momento de extrema necesidad y se le acoplaron piezas que están entregando una superación innegable.

Renzo Orihuela iniciando un ataque después de cortar una pelota
Renzo Orihuela iniciando un ataque después de cortar una pelota. Foto: Estefanía Leal.
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La defensa

Si las perspectivas son buenas y si la campaña está siendo muy efectiva, es porque lo primero que consiguió el entrenador es levantar una muralla en el arco con su imbatible Sergio Rochet.

El arquero está ganando los duelos ante los rivales, cuando los tiene mano a mano, por su capacidad para achicar el arco y por el impacto visual que produce a los delanteros, de que no hay lugar posible por donde lograr mandar la pelota hacia la red.

A ello se agregó el hecho de que la zaga también dio un salto de calidad hacia adelante. No es menor que el equipo reciba nada más que un gol cada 180 minutos de juego en este Torneo Clausura y tampoco es poca cosa que sus zagueros Renzo Orihuela, Matías Laborda y Guzmán Corujo se entiendan a la perfección para complementar un triángulo final ganador ante los rivales.

Felipe Carballo es un jugador que realiza un gran desgaste y que además tiene gol
Felipe Carballo es un jugador que realiza un gran desgaste y que además tiene gol. Foto: Estefanía Leal.
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El mediocampo

Si el fondo es sinónimo de garantía, el sello de la casa en este proceso de Giordano está en la mitad del terreno. Ahí tiene el modelo exacto del fútbol moderno. O, mejor dicho, del trabajo que tienen que realizar los jugadores que se colocan en esa zona del campo según las exigencias actuales. Emiliano Martínez, Felipe Carballo y Gabriel Neves son tan eficaces a la hora de salir de cacería para recuperar la pelota como cuando resuelven ser el director de la orquesta que hace brillar a todos los solistas. La firmeza y convicción con la que juegan les permite marcar diferencia en el momento que su equipo más los precisa.

Pablo García y Brian Ocampo antes de empezar el partido contra City Torque
Pablo García y Brian Ocampo antes de empezar el partido contra City Torque. Foto: Estefanía Leal.
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El ataque

Desde allí nace lo mejor, se pone en carrera a los laterales o a los extremos, se encuentran los pases que sorprenden, se engaña al rival eligiendo caminos inesperados y se logra que Brian Ocampo y Pablo García tengan el tiempo y el lugar ideal para sacar ventaja de su habilidad y velocidad.

De hecho, si había algo que tenía pendiente el tricolor de Giordano es la superación de los dos punteros. Y en los últimos partidos su avance fue notorio.

Aunque quedan “nueve aeropuertos” todavía para llegar al destino elegido, queda claro que este avión tricolor ya despegó. Las alas están firmes y lo impulsan fuertes motores. Y eso está claro porque en seis fechas, ningún rival directo lo frenó.

Equipo

La columna vertebral

Sergio Rochet
Un equipo grande precisa un arquero de su categoría. Siempre tiene atajadas decisivas, ganadoras de puntos. Ahora está imponiendo un respeto muy grande entre los delantero rivales. Les achica muy bien el arco y da señales de imbatible..

Renzo Orihuela
Este zaguero rápido, que le gusta salir a anticipar la jugada, está mostrando también que le sienta bien asumir el protagonismo con incursiones al campo rival. A veces se complica porque se tiene mucha fe, pero crece partido a partido.

Emiliano Martínez
Sencillamente, el jugador Clase A del futuro. Su zancada larga, su capacidad para engañar al rival, su visión de juego y la inteligencia para fabricar los espacios le permiten ser el jugador más diferente del mediocampo. Le sobra talento.

Felipe Carballo
Siempre rinde un disparate porque cumple con una regularidad asombrosa todas las funciones de un mediocampista moderno. Va a todas y llega. Corta el juego y lo organizal. Presiona y retrocede. Remata al arco y tiene gol. ¿Qué más?

Pablo García
No hay en el fútbol uruguayo un jugador que lo supere en habilidad individual. Tiene una gran facilidad para pisar la pelota y escapar de la marca de los rivales, sin importar cuántos aparezcan en su camino. Levantó y aporta al equipo.

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