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Desaciertos y distracciones: 10 errores que se ven en canchas uruguayas

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Errores en el fútbol

ANÁLISIS

Son situaciones que pueden corregirse en entrenamientos y con mayor atención en el campo

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Ni son todos, ni se registran solo en canchas uruguayas. Por lo general, tampoco inciden demasiado en los resultados, aunque pueden arruinar la mejor jugada. Pero desde hace tiempo se advierte en los equipos locales la repetición de ciertos errores corregibles.

Es cierto, se pierden muchos goles por pegarle mal a la pelota o se desperdician buenos ataques por lanzar un centro a una zona del área donde no hay compañeros. Pero en muchos casos eso se explica por problemas técnicos, de más lenta y difícil solución. En cambio, en esta lista se pretende incluir fallas que podrían remediarse con un poco de dedicación en los entrenamientos y otro poco de atención durante los partidos.

Por ejemplo, no se le puede responsabilizar a la mayoría de los futbolistas de la primera división local de no saber colocar la pelota en el ángulo cuando rematan un tiro libre, porque se trata de una virtud difícil de encontrar en un medio donde los cracks se van rápido al exterior. Pero sí es criticable que quienes no tienen esa pericia se repitan en ejecuciones sin éxito.

¿Qué lleva a muchos jugadores a cometer infracciones tontas a adversarios que están encerrados contra la raya, o a hacer duras faltas de atrás en el mediocampo? Todo eso es corregible. Este es el repaso de 10 errores frecuentes que se ven en el fútbol uruguayo.

1) Los equipos que insisten en rematar los tiros libres directamente al arco aunque no tengan especialistas.

Se sabe que no resulta sencillo hacer pasar la pelota sobre la barrera (sobre todo cuando está a menos de 9,15 metros porque el árbitro no mide bien la distancia) y dirigirla a un ángulo, o por lo menos cerca de un palo. Los futbolistas que lo logran con frecuencia son pocos y muy valorados. Pablo Bengoechea y Álvaro Recoba son dos ejemplos claros, pero ya no juegan más.

Sin embargo, la posibilidad de probar suerte parece ser una tentación muy grande para muchos jugadores. Y así, la mayoría de los remates se van muy altos sobre el travesaño. Sería interesante conocer una investigación sobre la cantidad de goles convertidos sobre el total de tiros libres sancionados frente al área. ¿Por qué no intentan otra cosa? Pueden ensayarse jugadas de pizarrón o pases sorpresivos.

2) Los equipos que meten en su área a los 11 jugadores cuando tienen un corner en contra.

Se puede admitir cuando hay que cuidar una ventaja corta y se juegan los últimos minutos, o si el rival tiene numerosos especialistas en juego aéreo. Pero al colocar, como regla, a todos sus hombres cerca de su arquero no solo se renuncia a la posibilidad de un contragolpe, sino que se le ofrece a los rivales la posibilidad de tomar fácilmente el rebote e iniciar una segunda jugada de ataque.

3) Los futbolistas que cometen foul a un rival que no se encuentra en posición peligrosa.

Por ejemplo, un jugador que está retrocediendo o se encuentra encerrado contra la línea de costado. No solamente es una falta inútil, sino que para los usos y costumbres de los equipos uruguayos le están facilitando al adversario una acción de peligro, pues lo habitual en canchas criollas es que la mayoría de los tiros libres pasando la mitad de la cancha se ejecuten directamente al área.

Es un error que puede atribuirse a la impaciencia por recuperar la pelota, que acelera el impulso del marcador.

4) Una variante del error anterior: los zagueros que salen a la mitad de la cancha para pegar una patada de atrás y ganarse una amarilla en una zona del campo sin incidencia.

La idea del defensa es anticipar al rival, quizás haciéndole sentir el rigor de la marca, pero termina cometiendo una infracción bastante grosera. Y contraproducente. ¿Cuántas amonestaciones “gratuitas” registran así jugadores expuestos a cometer varias faltas durante los partidos y en consecuencia están cerca de la expulsión?

5) Los futbolistas que lanzan pases paralelos a la línea de costado y tiran la pelota afuera.

Este “pecado” se ve frecuentemente en marcadores de punta, que al intentar habilitar a un compañero que pica por la punta fallan en su intento de hacer un pase recto.

6) De la misma forma, los marcadores de punta sufren un error ajeno en los pases. A menudo, los mediocampistas buscan una salida rápida por la punta, pero le tiran a su compañero la pelota atrás, no al claro.

Eso obliga al lateral a frenar su impulso, retroceder, dominar la pelota y recién después reanudar la ofensiva, pero ya sin sorpresa.

7) Los equipos que intentan salir jugando pero terminan con el arquero sacando un pelotazo apurado ante la presión rival.

Es saludable que se busque iniciar la jugada en el área propia en vez de empezar con un pelotazo largo a los delanteros. Por otra parte, es la tendencia dominante en el fútbol mundial. Sin embargo, aquí sucede a menudo que los defensas comienzan a enredarse ante la presión de los delanteros y terminan cediendo la pelota a su arquero. Y este, tan apretado como los demás, opta por pegarle un pelotazo a las apuradas. Por supuesto, eso es mejor que perder la pelota y propiciar el gol del rival, pero ese pelotazo resulta todavía menos eficaz que aquellas viejas salidas, cuando los goleros tomaban la pelota, la picaban un par de veces mientras elegían destinatario y le pegaban de aire.

8) Los delanteros distraídos, que caen en offside esperando el pase por mirar solo la pelota pero no su posición en referencia al último hombre adversario.

Es cierto que muchas veces la posición adelantada se origina cuando el delantero se lanza a correr una fracción de segundo antes, en el afán de llegar primero a la pelota, y no resulta tan sencillo sincronizar el pique con el pase del compañero. En esos casos, un metro, una décima de segundo, son valiosos. Pero muchos delanteros evitarían arruinar jugadas con posibilidades ciertas de gol si al menos estuvieran atentos a la línea de la defensa.

Es un error en el que incurren también todos los que van a buscar el centro de un tiro libre desde el lateral. Buscan ganar la posición en esa lucha a brazo partido que se da en el área, pero esa competencia con su marcador no les puede hacer perder de vista el momento en que sale el tiro libre. En estos casos, a diferencia de los pases en jugadas elaboradas, no hay sorpresa: todo el mundo sabe que vendrá el centro.

9) Los mediocampistas que sin necesidad dan dos o tres pasos con la pelota antes de pasarla a un compañero que la esperaba antes.

De esa forma, hacen entregas “a domicilio”, demorando el arranque de la acción ofensiva, sin olvidar que también pueden encerrar a su compañero. Este error tal vez se origina en cierta inseguridad sobre el destino del pase, si la pelota tiene que recorrer más distancia, o a que el mediocampista va pensando cuál será su pase mientras mira la ubicación de sus compañeros, en vez en resolverlo en un instante.

10) Los marcadores de punta que dudan demasiado al sacar de costado, por lo cual los outballs terminan siendo pelotas perdidas.

Por supuesto, sus compañeros deben colaborar ofreciéndose para recibir la pelota o moviéndose para distraer las marcas. Pero, ante un saque de costado, es común ver a numerosos jugadores parados y marcados de cerca, mirando al que tiene la pelota en sus manos. Y este, desorientado, sin terminar de decidirse.

¿Es demasiado pedir que haya soluciones previstas para los saques de costado? El Liverpool de Jürgen Klopp tiene desde hace dos años un entrenador de outballs...

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