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Una derrota que no provoca nada grave para la tabla

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EDWARD PIÑÓN

OJO CRÍTICO

EDWARD PIÑÓN

Perder contra Brasil nunca puede ser algo pequeño. Jamás lo fue. Y mucho menos después de una prolongada sequía de alegrías. Es un clásico y como tal tiene una energía especial, provoca una ansiedad única y la necesidad de alcanzar la victoria domina la mente, el corazón y el alma como si se estuviese a punto de alcanzar algo sagrado.

EDWARD PIÑÓN

Queda claro que morder el pasto una vez más es como una lluvia de latigazos que caen sobre todo el cuerpo. Sin embargo, desde el punto de vista de la situación de Uruguay en las Eliminatorias no se trata de una derrota que origine algo más profundo que la herida al orgullo.

Brasil sigue demostrando un poderío enorme en las Eliminatorias Sudamericanas y su andar por las mismas no terminará provocando una alteración en el futuro de la Celeste, por lo que la cuestión es analizar que la ruta hacia Catar 2022 no tiene ningún corte grave. No se trata de una derrota que condicione nada ni que traiga como consecuencia una epidemia de malos presagios.

Y, si se analiza el calendario que le tocó a Uruguay de entrada y lo que viene por delante, se podrá concluir que las chances de ponerse en zona de clasificación son bastantes fuertes. Así que, la derrota, no provoca la consulta a un cardiólogo.

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