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Ousmane Dembélé, el prometedor pero conflictivo delantero francés del Barcelona, deberá pagar 200.000 euros de multa por su enésima llegada tarde a los entrenamientos. La última vez, la semana pasada, ni siquiera tenía que madrugar, porque la práctica estaba fijada a las once de la mañana, pero el jugador se apareció a la una de la tarde.

Según el diario Marca, Dembélé no tiene el problema de Neymar, a quien le encantan las fiestas y las partidas de poker. Las principales aficiones del francés, que tiene solo 21 años, son los videojuegos y las series de televisión, por lo cual se queda pegado a la pantalla hasta avanzada la madrugada. Y por eso se duerme por la mañana...

Barcelona tomó otra medida: Dembélé tiene desde ahora prohibido apagar el celular o dejarlo en silencio durante la noche. Si vuelve a suceder algún imprevisto, desde el club lo llamarán para evitar cualquier otro retraso.

El club también hizo un llamado de atención para sus representantes, para que estén más tiempo encima del futbolista y no le permitan esas distracciones.

Otro problema de Dembélé es su afición a la pizza y a la comida chatarra en general. Eso llevó a que el Barcelona le contratara un chef francés para que le preparara platos saludables y a la vez apetitosos. Pero el especialista, al parecer, le duró poco y el jugador volvió a las pizza.