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Buscó tanto las amarillas que casi le sacan la roja del Apertura

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Foto: Marcelo Bonjour
MARCELO BONJOUR

EN EL FRANZINI

Un cabezazo de Ernesto Goñi en el minuto 90 le dio el triunfo a Defensor Sporting sobre Liverpool. El violeta sigue con chance en el Apertura y el negriazul no.

Foto: Marcelo Bonjour
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Una, dos y hasta cinco veces. Jorge Bava se tira, achica y evita la caída del arco de Liverpool ante los embates de Defensor Sporting. Una, dos y hasta cuatro veces hace lo mismo Guillermo Reyes del otro lado para mantener con vida a Defensor Sporting.

Los dos equipos necesitan ganar, pero los arqueros se empecinan en que no habrá goles. Hasta que en el minuto 90, luego de un centro a la salida de un tiro libre, Ernesto Goñi salta más alto que ninguno y mete un cabezazo de pique para marcar el 1-0. Eduardo Acevedo se trepa al alambrado para celebrar el tanto, la hinchada violeta enloquece y los negriazules sufren.

Ganó Defensor, se acercó a los grandes y continúa con chance (aunque baja) de ganar el Apertura y a su vez deja sin sueños a Liverpool. Todo ello luego de un partido que quizá mereció terminar 4-3, porque fue muy entretenido.

La visita llegó con un planteo muy sólido: líneas juntas, pocos espacios, salida por las bandas, rápida circulación por el eje central, pelotazos buscando diagonales y mucha profundidad. Sorprendió a Defensor, que no encontraba la pelota y que tuvo que recurrir a la solvencia de Reyes en el arco para no encontrarse en desventaja.

El que no se sorprendió fue Acevedo. El técnico violeta sabía que esto podía pasar, porque lo había advertido en la previa que Liverpool no tenía grandes figuras, pero era un equipo peligroso porque tenía una circulación de pelota muy veloz y vertical. Entonces mandó un grito de orden y todo empezó a acomodarse.

Todo lo bueno que hacía el negriazul adelante lo borraba con el codo en sus intentos de salida con pelota dominada. Aun sin ser muy exigidos, los integrantes del fondo perdían muchos balones y allí el técnico detectó cuál era la falencia rival que debía atacar. Adelantó las líneas, principalmente los de la primera, presionó bien alto (a costas incluso de que quedó algún espacio a espaldas de los volantes) y así no solo robó la pelota más cerca del área rival, sino que además se la quitó a la visita para pasar a controlar el partido.

Los sistemas espejo 4-2-3-1 utilizados por ambos técnicos lejos de anularse se potenciaron y el partido se hizo de ida y vuelta.

Hubo muchas situaciones de gol, producto de 32 disparos al arco (17 de Defensor y 15 de Liverpool), pero el marcador no se movía.

Para peor, cuatro futbolistas violetas (Reyes, Maulella, Germán Rivero y Cabrera) estaban más preocupados por hacerse sacar la quinta tarjeta amarilla que por ganar, perdiendo de foco que si no sacaban los tres puntos de nada servía limpiar la foja la semana que viene en la fecha libre ante El Tanque, pues llegarían al partido ante Peñarol en la última fecha sin chance.

Al final solo Maulella logró el objetivo personal de la quinta amarilla, porque el árbitro Javier Bentancur se dio cuenta que querían engañarlo y, con carpeta, se resistió a mostrar tarjetas a diestra y siniestra.

Toda esa distracción pudo costarle carísimo a Defensor, que al final encontró el cabezazo salvador del u201cTetou201d Goñi en su versión goleadora de 2018. El violeta buscó tanto las amarillas que casi le sacan la roja del Apertura.

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