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¡Es de ellos! Una década de dos países

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Foto: AFP.

COPA LIBERTADORES

Con Boca-River finalistas Argentina manda con los brasileños.

La Copa se puso espesa. Sobre todo por el reclamo de Gremio y los juicios posteriores del presidente Romildo Bolzán, quien al mostrar su enorme malestar tras el fallo del tribunal de disciplina de la Conmebol, que ratificó el paso de River Plate a la final de la Copa Libertadores, indicó: u201ces una enorme decepción, por no decir una sospecha. River armó todo y la Conmebol se achicóu201d. Es evidente que de la polémica nadie podrá olvidarse, de la alegría de River y Boca, tampoco.

Y si es espesa la interna política, que no hace otra cosa que confirmar que por más cambios que quieran instrumentar la sospecha jamás se alejará del fútbol, mucho más picante se puso la justa deportiva. La que eleva al fútbol argentino por encima de todos, como lo dijo el entrenador xeneize Guillermo Barros Schelotto: u201ceste es un triunfo del fútbol argentinou201d.

Y lo es en una medida quizá hasta inesperada para el juicio del propio DT, que simplemente realizó su enfoque en la finalísima que jugarán los dos más grandes de Argentina. La verdad es que la distinción es mayor.

Aunque su fútbol ha soportado duras críticas, especialmente por la violencia en sus canchas y por la debilidad que supo mostrar la Selección, los números de la Conmebol, tomando como referencia absoluta la última década de la entrañable Libertadores, la edición 2018 le entregará a los hermanos del Plata un dominio compartido con los brasileños.

Desde la imposición de Estudiantes de la Plata en 2009, cuando conquistó el cetro ante Cruzeiro, siete equipos argentinos se metieron en la final. Detrás quedaron los brasileños con seis finalistas.

Los norteños levantaron cinco copas y los argentinos llegarán a la cuarta en esta edición, lo que también incrementa la enorme pica que hay entre ambas naciones.

Naturalmente que los números históricos respaldan a los hijos del General San Martín, porque en los comienzos los herederos del prócer José Bonifácio no se arrimaban mucho al sitial de privilegio. Es por eso que mientras los clubes argentinos festejaron 25 Libertadores de América, los norteños se quedaron con 18.

Pero hoy la puja entre las dos naciones expone con claridad que hay una enorme paridad, lo que hace que la carrera del resto de las instituciones de América quede destinada a tener la fortuna de meterse entre los cuatro mejores.

Para ser más precisos repasemos lo sucedido desde la edición de 2009 en adelante con los campeones: Estudiantes 2009, Inter 2010, Santos 2011, Corinthians 2012, Atlético Mineiro 2013, San Lorenzo 2014, River Plate 2015, Atlético Nacional 2016, Gremio 2017 y ahora Boca o River. Hegemonía de los brasileños y los argentinos que solamente una vez fueron capaces de descansar un rato.

A nadie le está prohibido soñar, pero no hay que ser muy inteligente para darse cuenta que cuando aprietan el acelerador y cuando quieren precipitarse arriba de la Copa los argentinos y los brasileños arrasan.

Obviamente que juega a su favor la cantidad de equipos que logran clasificar al certamen (se lo deben agradecer a la Conmebol), pero también es notorio que el nivel de exigencia de sus Ligas consigue incrementar su ventaja.

En el otro lado del Plata, lo que también es evidente, los nuestros van cuesta abajo en la rodada. Sin conseguir una posición que durante muchísimos años hizo que la Libertadores fuese propiedad de tres países. Y como una golondrina no hace verano lo que terminamos observando es una lenta pero fea agonía.

Hoy la Libertadores es de argentinos y brasileños.

¿Con o sin visitantes? Du2019onofrio se une a Angelici

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El presidente de River puso la marcha atrás y de manera radical. A la frase de u201cSi Macri garantiza la seguridad confiamos en élu201d, Rodolfo Du2019Onofrio la sustituyó por la que asegura que u201cel estadio de River no está preparado para recibir visitantesu201d. Después de hablar con su colega de Boca Juniors Daniel Angelici, Du2019Onofrio cambió de opinión. u201cLo hemos hablado y coincidimos en que no es momento para hacer esto. Incluso nos sorprendió. Bienvenido sea, pero hagámoslo con más tiempou201d.

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