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La debacle del equipo alemán donde brilló un uruguayo

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ANNEGRET HILSE

BUNDESLIGA

Está último en la Bundesliga con apenas cuatro puntos en 14 partidos jugados y está cerca de igualar un récord negativo histórico.

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El equipo donde supo brillar Darío Rodríguez, y donde también jugaron otros uruguayos como Gustavo Varela y Carlos Grosmüller, Schalke 04, un clásico del fútbol alemán, ha sufrido un proceso de deterioro que lo tiene no solo en el último lugar de la Bundesliga sino que, si no derrota este sábado al Hoffenheim, igualará el récord del Tasmania de Berlín de 31 partidos consecutivos sin conocer la victoria.

La diferencia, o una de las diferencias importantes, es que si no fuera por ese récord nadie se acordaría del Tasmania. Lo del Schalke en cambio tiene mucho que ver con el desmoronamiento de un equipo que se ha codeado con los grandes de Alemania.

Darío Rodríguez con los colores del Schalke 04. Foto: AFP
Darío Rodríguez con los colores del Schalke 04. Foto: AFP

Una lista de jugadores que han salido de la cantera del Schalke, y que han terminado triunfando en otros equipos, puede dar una idea del desangre que ha sufrido el club de Gelsenkirchen, Manuel Neuer, Leon Goretzka, Leroy Sané, Julian Draxler y Mesut Özil pueden encabezar la lista.

En su palmarés el Schalke tiene una Copa de la UEFA, 1997, y fue semifinalista de la Liga de Campeones en 2012, en los tiempos que Raúl González defendió los colores del club.

El título de la Bundesliga se le resistió siempre pero llegó a tenerlo cerca. El 19 de mayo de 2001, por ejemplo, el Schalke ya se sentía campeón tras derrotar por 5-2 al Kaiserslautern.

El Bayern, casi en el último minuto del partido que se jugaba paralelamente, había anotado el 1-0 ante el Hamburgo y la derrota bávara hacía campeón al Schalke.

En el viejo Parkstadion jugadores y seguidores del Schalke ya habían empezado a celebrar pero el partido en Hamburgo todavía no había terminado, lo que muchos en Gelsenkirchen no sabían o no querían saber.

En el cuarto minuto del descuento el árbitro Markus Merk pitó un indirecto dentro del área a favor del Bayern después que el meta Mathias Schober cogiera con las manos una devolución de un defensa.

Patrick Andersson hizo entonces campeón al Bayern al marcar con un fuerte disparo y cuando la noticia llegó a Gelsenkirchen todo el estadio empezó a llorar.

"Hasta hoy creí en el dios del fútbol, hoy sé que no existe", dijo entre lágrimas el entonces director administrativo del Schalke, Rudi Assauer.
Assauer ya ha muerto, tras pasar sus últimos años con Alzheimer. Los tiempos en que era él quien manejaba casi en solitario los destinos del Schalke ya son historia. Hoy todo el mundo entiende que sin duda fueron tiempos mejores.

El otro gran señor del Schalke, el multimillonario Clemens Tönnies que con frecuencia sacó al club de problemas a través de créditos, cayó en desgracia tras un escándalo en sus fábricas de carne por las condiciones de sus trabajadores, que dispararon los contagios en medio de la crisis del coronavirus y tuvo que dejar sus cargos en el club.

Aunque ofreció su ayuda financiera, bien con un crédito o una mejora de un contrato de patrocinio, para hacer una ofensiva de fichajes en invierno supeditó esta a la aprobación unánime del Consejo de Vigilancia y dos de sus miembros votaron en contra.

Ahora el Schalke está en el último lugar, con cuatro puntos en 14 partidos, y a punto de igualar en nefasto récord del Tasmania.

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