danubio

El volante regresó al club tras siete años de ausencia y se prepara para volver a jugar un partido que conoce muy bien. Hoy tiene otro papel en el equipo, el de líder, y no le saca el cuerpo. Ayer entrenó fuerte y luego durmió la siesta con su hijito Santino de un año y siete meses.

silvia pérez

-¿Qué significa el clásico con Defensor Sporting?

-Es un partido que se vive desde juveniles y ya desde chico te inculcan que hay que ganarlo como sea. En el plantel de Danubio hay muchos jóvenes criados en el club y saben muy bien de qué se trata. Saben lo que es un clásico y cómo se debe encarar.

-¿Llevás la cuenta de cuántos jugaste?

-¿Desde juveniles? No, ni idea. En Primera División creo que llevo diez y solo dos perdidos. Uno en cancha de ellos y otro en Jardines. Los demás los gané.

-¿Influye jugar en el Franzini?

-A mí es una cancha en la que me encanta jugar y si es de noche, mejor. No sé por qué. Mientras esté el piso bien (y está espectacular) no tenemos problemas. Además, es una cancha a la que a nuestra hinchada le gusta mucho ir. Nos acompaña siempre y en el Franzini, como llenan la tribuna, nos sentimos locales.

-¿Se tiene en cuenta cómo llega cada uno? ¿Lo que pasó en el último partido?

-No creo. Aún si hubiéramos perdido esta es una semana en la que no se necesita mucha motivación. La motivación ya está porque es un partido especial. No importan las rachas ni cómo llega cada uno: es un clásico.

-¿Qué pensás de Defensor?

-Es un equipo bien trabajado y con jugadores muy bien formados abajo, que entienden lo que es Defensor. La experiencia de Acevedo les da un toque distinto. Son muy jóvenes, pero se plantan en cualquier cancha y se la hacen difícil al rival. Son buenos como equipo. Vamos a tener que tomar nuestros recaudos y hacer un partido muy correcto.

-Pero ustedes también tienen sus virtudes, por algo arrancaron muy bien el torneo.

- Sí, es cierto. Estamos diferentes y tenemos compañeros que no son titulares, pero cuando entran cambian las cosas. Somos un plantel corto, pero como se dice: pocos, pero buenos.

-¿Sentís la responsabilidad de que Danubio vuelva a ser el de siempre tras un mal semestre?

- Sí, yo y varios de los compañeros más grandes. La sentimos, pero nos gusta asumirla. Y se hace fácil con los chicos que hay, que son jóvenes pero captan los mensajes.

-¿Cómo te imaginás el partido?

-Lindo, abierto y dinámico. No creo que Defensor se eche atrás y nosotros tampoco. Y pienso que va a haber varios goles. Yo no creo en esa frase de el que hace el gol saca la ventaja. Nosotros hemos arrancado partidos perdiendo y los hemos dado vuelta. Y ellos lo mismo.

-¿Qué encontraste al regresar a tu casa?

-Que sigue siendo una familia y eso es algo que no lo encontrás en otro lado. Dan ganas de quedarse en el vestuario hablando, contando anécdotas, escuchando música. Eso lo encontré igual y me llena de satisfacción. En la parte humana el club sigue igual. En otras cosas, como no ha tenido buenas ventas, no ha crecido mucho en infraestructura. Esperaba encontrarlo un poquito mejor, pero tampoco está mal, se ha mantenido. Estoy feliz donde estoy.