CERRO LARGO
El técnico de Cerro Largo, que lidera la tabla Anual con Peñarol, comenzó a dirigir cuando tenía apenas 17 años; hoy espera poder dar un salto en su carrera.
Danielo Núñez, el técnico de Cerro Largo, disfrutó del domingo en familia con dos de sus tres nietas. Con Candela y Uma, las que viven en Melo, porque Zafira está un poco más lejos, en Rio Branco. Fue padre muy joven y es también es un abuelo joven. La mayor de las nenas ya tiene 13 años.
En la víspera, Núñez se despertó como líder de la Tabla Anual. Con la victoria del sábado frente a Cerro quedó primero con un punto más que Peñarol en la tabla más importante. Aunque luego los aurinegros lo igualaron al empatar con Juventud.
Ante Cerro, el equipo arachán sumó una cuenta más en su largo collar de victorias de local. No pierde en el Ubilla desde mayo del año pasado. “Hemos podido sostener esa fortaleza de local que el equipo viene mostrando desde la Divisional B, y sostener es a veces es lo más difícil. Esa fortaleza pasó a ser fundamental, porque sumar de a tres de local nos da tranquilidad para trabajar la semana siguiente para ir a jugar afuera. Y además, le trasladamos a los rivales la inquietud porque saben que el equipo se hace fuerte acá, que redobla esfuerzos, que es un equipo duro, que va al frente y que defiende bien cuando tiene que defenderse”, explicó Danielo.
El técnico colocó el sábado a Adolfo Lima y a Carlos Bueno en el equipo. Intentó sorprender a Cerro y le salió bien. “Quisimos mostrar algo diferente a lo que veníamos haciendo. Hoy cada técnico sabe cómo juegan los rivales y la mayoría trata de cortarte los circuitos. Si bien veníamos bien, habíamos hablado con Heberley (Sosa) que teníamos que agregar fortaleza en el uno contra uno. Era importante sorprender porque sabíamos que Cerro se jugaba muchas cosas acá en Melo por su situación en la tabla”, aclaró.
La Copa Sudamericana
Hace un tiempo, el presidente de Cerro Largo, Ernesto Dehl, le aseguró a Ovación que una de las explicaciones de la gran campaña del equipo era que Núñez era un técnico hecho a la medida de Cerro Largo. Pero Danielo no piensa lo mismo. “Cerro Largo es lo que más he dirigido en mi carrera, porque son las posibilidades que he tenido. Hoy creo que estamos para trabajar en cualquier equipo y en cualquier lugar. Nos sentimos con fuerza y capacidad, sin creer que somos más que nadie. Hoy nos vemos con la preparación ideal para dirigir cualquier equipo. Se da que circunstancialmente hemos dirigido siempre acá y que ha coincidido con los procesos de éxito. Mientras que cuando el club no anduvo de la mejor forma, nosotros no estábamos”, contó Danielo.
El volante central
ADOLESCENTE. Núñez comenzó a dirigir la Quinta División de Melo Wanderers cuando tenía apenas 17 años y jugaba en la Cuarta. Lo atrapó la dirección técnica y dejó al jugador de lado. “Intenté un año hacer las dos cosas, pero los tiempos no daban. Y por el encanto de la nueva profesión, prioricé al entrenador. Dirigía botijas casi de mi edad. Y ya al segundo año quedamos con Primera División y todas las divisionales a cargo”.
Tras dirigir primero las selecciones juveniles del departamento y después la mayor, llegó la primera posibilidad en el profesionalismo con Cerro Largo. “Me gusta estar cerca del jugador. Trabajamos mucho en cancha. Y hacemos hincapié en lo mental”, dijo y miró al futuro.
“Somos conscientes que recién estamos llegando al 50% de lo que se juega en el año. Estamos a mitad de camino. Ojalá termináramos como estamos ahora. Sería lo ideal, lo más lindo y lo que busca todo entrenador”.
EN AVIÓN A MELO. Danielo siempre tuvo un trabajo paralelo a su actividad en el fútbol porque sabe cuales son las reglas de juego. Y que es necesario tener un trabajo fijo, que no dependa de los resultados. Actualmente se desempeña como gestor administrativo del CAIF, ubicado en la calle Sánchez en el centro de Melo. “Es un trabajo que me gusta y me da posibilidades de tener capacitaciones que en algunas cosas van de la mano con los futbolísitico”. Trabaja allí seis horas de lunes a viernes.
Cuando empezó a dirigir siendo muy jovencito, obviamente no tenía el curso de entrenador. En el año 1990 se instaló en Montevideo para hacer el curso en el ISEF. “Vivía en el hogar estudiantil de Cerro Largo, en Garibaldi y Cufré, y trabajaba en la planta de alcoholes de Ancap. Me levantaba muy temprano porque entraba a las seis de la mañana, tomaba el 17 para ir a la planta de Ancap en Capurro”, relató.
Al segundo año se hizo cargo nuevamente del Melo Wanderers y de la selección del departamento. En esa época Pluna viajaba a Melo, lo que le facilitaba, entrenar, dirigir y volver a Montevideo. “Hacía prácticamente tres viajes en avión en la semana. Terminé el curso y pude seguir dirigiendo”.
Sueña con poder vivir exclusivamente del fútbol. Y espera que llegue la posibilidad de dirigir en un equipo de Montevideo o salir al exterior. “Cualquiera de las dos posibilidades sería muy buena para nosotros. Aunque irse afuera es mucho más tentador desde el punto de vista económico. Pero hay que ir subiendo la escalera y a veces en no es bueno saltearse escalones”, finalizó.
Lo que se viene