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Cristian Palacios y 10 más

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Foto: Fernando Ponzetto
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TORNEO CLAUSURA

El goleador volvió a salvar a Peñarol saliendo desde el banco.

Foto: Fernando Ponzetto
Foto: Fernando Ponzetto

Sí, ganó Peñarol. Esta vez con mucho sufrimiento, pero venció 1-0 a Juventud con ese tanto que consiguió (cuándo no) Cristian Palacios de cabeza a los 84 minutos. Lo más fácil sería hablar loas del equipo de Leonardo Ramos, que por cierto sus méritos tiene, porque ganó los 10 partidos que disputó y gracias a su puntaje perfecto (30/30) es líder en exclusiva del Clausura. Sin embargo, hay razones para elegir el camino de la crítica constructiva.

Hay causas por las cuales a Peñarol se le complicó tanto ganarle al último del Clausura y a uno de los equipos en posición de descenso. Una fue la gran actuación del arquero pedrense, Gonzalo Falcón, responsable directo de que demorara tanto en llegar el tanto aurinegro. Otra, las pocas ideas que tuvo el elenco mirasol para romper el cerco defensivo que le planteó Juventud. El carbonero fue lento y sin sorpresa, porque aunque llegó en forma adecuada por las bandas, los centros fueron controlados por la defensa pedrense y no encontró otra arma para llegar, ya que nadie en la ofensiva tiró una diagonal como para arrastrar marcas o romper líneas.

Y después hay una razón mucho más profunda y pasa por la conformación del equipo que ha elegido el técnico. Hay una suerte de distorsión de la realidad en cuanto a una máxima del fútbol: equipo que gana no se toca. En este caso sí debería tocarse, porque está claro que Peñarol tiene mucho mayor poder ofensivo cuando ingresa Cristian Palacios, pero además, no es real en este caso que el equipo que gana no se toca, porque el que consigue las victorias lo hace cuando entra el número 30 aurinegro. Y si no, repasemos: 4-1 a Rampla con tres goles del “Chorri”; 3-1 a Defensor Sporting con tanto de Palacios para el 2-1; triunfo 3-2 sobre Sud América con anotación del mismo delantero de penal; y el 1-0 de ayer. Entonces, el equipo que gana sí se toca y es para darle cabida a Diego Rossi (de escasa trascendencia) en lugar de Palacios, lo cual en definitiva no se entiende.

Debe ser este de Peñarol el único caso en el mundo en el cual el goleador de las tres tablas (Apertura con 19 tantos, Clausura con 8, para un total de 27 en el Uruguayo) es suplente. Hay dos explicaciones posibles: 1) que sea por una cuestión de cábala o 2) que sea porque en Peñarol no se quiere que Palacios rompa la marca de Fernando Morena de 36 goles en una temporada. Futbolísticamente no hay explicación alguna.

Pero claro, ya lo escribía con anterioridad. ¿Qué se le puede reprochar a un equipo con puntaje perfecto? Absolutamente nada, porque en el fútbol, y más en un equipo grande, lo único que valen son los resultados. Y Peñarol los consigue.

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