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Coronavirus: la aguja que pinchará la burbuja millonaria de los fichajes

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Kilyan Mbappé y Neymar en PSG
Paris Saint-Germain's Brazilian forward Neymar (R) celebrates with Paris Saint-Germain's Kylian Mbappe after scoring a goal during the French Cup football match between GSI Pontivy and Paris Saint-Germain on January 6, 2019 at the Moustoir stadium in Lorient, western France. / AFP / LOIC VENANCE FBL-FRA-CUP-PSG-PONTIVY
LOIC VENANCE/AFP

FÚTBOL INTERNACIONAL

Anuncian que la pandemia mundial pondrá fin a los salarios faraónicos y los pases con cifras desmesuradas a las que se había acostumbrado Europa.

El coronavirus tendrá un efecto sísmico en el fútbol internacional, estiman especialistas. Aun cuando se pueda concluir todos los partidos de la temporada europea 2019-2020 —en la hipótesis más optimista—, las grandes cifras que se estaban pagando en salarios o pases se terminarán y obligarán a los clubes de todo el mundo a encarar un ajuste.

Por supuesto, del otro lado del Atlántico el gasto de los equipos era mucho menor, pero lo más probable es que la situación europea repercuta en América del Sur.

Para una mejor perspectiva es necesario recordar la situación antes de la pandemia. Según recordaron análisis económicos en estos días, entre 2009 y 2018 (año con los últimos datos disponibles de la UEFA) los ingresos del fútbol europeo en su conjunto habían aumentado un 80%, hasta llegar a 21.100 millones de euros. Los costos salariales pasaron en ese período de 7.500 millones a casi 13.500.

El gasto en transferencias se disparó un 173%, de 1.668 millones a 4.555. En 2009, sueldos y fichajes representaban 78% de los egresos totales de los clubes, suma que trepó en 2018 al 85,5%. Los beneficios de los equipos aumentaron también, pero en porcentajes mucho más bajos.

Esteve Calzada, consejero delegado de Prime Time Sport, empresa de representación y marketing deportivo, comentó al diario madrileño ABC que existen tres escenarios posibles ante la pandemia.

“El primero es que no se vuelva a jugar y que supondría un colapso a todos los niveles. El segundo es que se juegue a puertas cerradas, lo que permitiría ingresar los derechos televisivos, algo más de 400 millones de euros. Y el tercero es que se reanude la competición y que acabe cuando tenga que acabar, que es lo que creo que acabará pasando, lo que permitiría el ingreso total presupuestado. Yo creo que se hará lo que haga falta para que se juegue”, estimó.

Para el peor de los casos, la consultora KPMG calculó pérdidas de entre 3.450 y 4.000 millones de euros para las cinco grandes ligas europeas (Inglaterra, Alemania, España, Italia y Francia).

Calzada reconoció que incluso en la mejor de las tres hipótesis “habrá un impacto a la baja” en el sector, por lo cual el precio de los futbolistas se devaluará. De hecho, postergadas hasta 2021 la Copa América y la Eurocopa, habrá dos escenarios menos para la evaluación de los jugadores.

Los grandes pases sobre los que se especulaba en las semanas previas a la mayor difusión del coronavirus ahora están en el aire. Se hablaba del regreso de Neymar a Barcelona por unos 150 millones; del interés de Real Madrid por Harry Keane (160 millones); incluso por Mbappé (por arriba de los 200 millones). Esas transferencias se pueden frustrar, a menos que el club vendedor baje el precio. O que decida vender para evitar el pago de sus fastuosos sueldos.

“Olvidémonos durante varios años de fichajes de 200 millones de euros, que era la tendencia hacia la que se iba”, declaró el agente de jugadores español Francisco Valdivieso.

Según el diario italiano Il Messaggero, Juventus enfrenta problemas por el alto costo de Cristiano Ronaldo. Y tiene tres opciones: venderlo al exterior por alrededor de 60 millones de euros, dejarlo en el equipo pero sin renovarle el contrato (termina en junio de 2022) o que el jugador acepte reducir sus ingresos hasta el final del contrato.

“Por ahora no entraríamos en quiebra, pero no sabemos qué pasará en junio si se siguen acumulando las pérdidas”. Atención, lo dijo Josep Maria Bartomeu, presidente de Barcelona, no el titular de un club uruguayo.

Barcelona cuenta con el mayor presupuesto de una entidad deportiva en el mundo, superior a los 1.000 millones de euros, pero de pronto se quedó sin cientos de millones de ingresos que se habían previsto al trazar los números.

El panorama de los clubes europeos es heterogéneo, pues algunos cuentan con mayor respaldo para enfrentar una larga recesión. Una incógnita son los equipos cuya propiedad pertenece a jeques u organizaciones de naciones del golfo Pérsico, que hasta ahora podían presumir de una chequera interminable. La sanción al Manchester City por prácticas contra el “fair play” financiero y la caída del precio internacional de petróleo puede cambiar los parámetros.

La pandemia ha destrozado planes y vuelve difíciles las previsiones, pero los grandes actores del fútbol avizoran nuevos escenarios cuando todo pase. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ya habló de un fútbol “redimensionado”, con menos partidos y menos competencias. No lo dijo, pero seguramente también menos dinero.

futuro gris

¿Y qué va a pasar en el fútbol uruguayo?

Si las perspectivas son sombrías para el rico fútbol europeo, ¿qué queda para el fútbol uruguayo, donde cubrir los presupuestos era ya una tarea titánica?

Por lejos, los presupuestos más elevados son los de los clubes grandes, con algunos sueldos que intentan competir por lo menos con los de la región.

Nacional ya encaró en 2019 un ajuste por ese lado y lo repitió en 2020, estableciendo un tope salarial de 35.000 dólares mensuales, que según fuentes del fútbol es lo que percibe el argentino Gonzalo Bergessio.

En Peñarol hay jugadores que perciben cifras sensiblemente superiores, como Gargano o el “Cebolla” Rodríguez.

Para equilibrar esas salidas se requieren entradas importantes, transferencias de jugadores en particular.

Si los efectos de la pandemia incluyen la caída de los precios de los grandes pases, eso puede originar un efecto en cadena que rebaje todas las transferencias, incluso las de moderado costo.

Los clubes de la Premier League inglesa fueron acusados de actuar en un “vacío moral” después de que redujeron los salarios o suspendieron al personal administrativo, pero continuaron pagando a los jugadores sus sueldos completos. Estos funcionarios cobran ahora el seguro de desempleo, recargando las obligaciones del Estado, se señaló también.

La situación se replica en otros países, agravada por la falta de acuerdo entre jugadores y dirigentes sobre el monto de las posibles rebajas, lo cual dilata la solución. El tema de los salarios de los futbolistas, que en las principales ligas europeas son muy elevados, está presente siempre en los debates, pero ahora llega a los primeros planos y se los compara con los ingresos del personal de salud, por ejemplo.

Por supuesto, lo que reciben los futbolistas está vinculado a lo que ingresan los clubes, pero la interrogante es si esa espiral inflacionaria ha ido demasiado lejos.

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