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La Copa tiembla con el FIFA gate

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Blatter
© Ruben Sprich / Reuters - REUT

Paralelamente al fútbol, que comenzó el jueves, en Chile investigan el escándalo de corrupción.

No está en los reglamentos. No hay equipos formales para disputarla. Sin embargo, si bien no se puede decir que en Chile se jugará una Copa América paralela, la realidad diaria —en suelo chileno y en algunos otros países del continente— establece que hay una que se llevará a cabo adentro de la cancha, y otra afuera, donde los protagonistas serán las noticias que pueden ir surgiendo en torno al escándalo de la FIFA y, mucho más concretamente, las miradas de costado que se presienten acerca de los eventuales vínculos que puedan tener con la investigación de la Fiscalía General de Estados Unidos algunos dirigentes del fútbol sudamericano.

En ese sentido, en Chile se vive un estado de tensión muy particular y, por tratarse de estos lares, la situación se podría definir como un movimiento telúrico a nivel de la dirigencia del fútbol local que no es removedor, pero que amenaza con ir cobrando fuerza y proporciones en la medida que la Conmebol no adopte determinadas decisiones que desde este lado de la cordillera de los Andes ya se le están reclamando.

Concretamente, en Chile no se han quedado de brazos cruzados en torno a las acusaciones de la Fiscalía General de Estados Unidos en el sentido de que varios dirigentes del fútbol sudamericano habrían recibido sobornos por un monto de US$ 3.000.000, y los clubes locales hacen presión sobre la propia Asociación Profesional de Fútbol (ANFP) de Chile para que se investigue las irregularidades que se pudieran haber llevado a cabo.

En ese aspecto, por ejemplo, el Consejo de Presidentes (de clubes) de la ANFP formó una comisión que ya celebró su primera reunión el lunes pasado en Santiago, y su misión es muy líneal y clara: el grupo contratará a especialistas que realizarán auditorías contables y tributarias a las cuentas de la ANFP y a la Organización de la Copa América, como también a los movimientos bancarios e impositivos del mismísimo presidente de la federación: Sergio Jadue.

Tan es así, que el presidente de Palestino, que es el club del propio Jadue, expresó en forma pública y con firmeza: "Tenemos que elegir a la mejor consultoría y al mejor estudio de abogados"; tras lo cual Fernando Aguad enfatizó que, incluso, "ese estudio de abogados debe tener una oficina en Estados Unidos", porque es a nivel de la Justicia de ese país que se va a estar llevando adelante el sonado caso.

Aguad advirtió que "si bien en la investigación del FBI no figuran los nombres, ni del presidente de la ANFP ni de la federación, la comisión (de presidentes de clubes chilenos) analizará la posibilidad de pedirle a la Conmebol que se haga parte en la investigación que realiza la Fiscalía de Nueva York".

El dirigente de Palestino fincó su posición, ya trasladada al seno del grupo que integra junto a sus pares locales, diciendo que "la Fiscalía acusa que nueve de los diez presidentes de las asociaciones que integraban el Ejecutivo de la Conmebol en 2013 recibieron al menos US$ 3.000.000 por sobornos; por lo que es claro que a nueve de diez de esos dirigentes les van a caer encima el FBI y la Fiscalía norteamericana"; y los clubes chilenos lo que quieren es que quede claro si el titular de la ANFP está o no involucrado.

Aguad dijo al respecto que "la Conmebol no puede dejar de hacerse parte, ya que parta la Fiscalía nueve de sus diez asociados se encuentran involucrados. Por eso, la federación chilena tiene la obligación de pedirle a la Conmebol que se haga parte de esa investigación; y si alguien está involucrado, no podrá seguir en el cargo. Es la oportunidad de actuar con todo el rigor que corresponde para acabar con esta mafia".

En Chile, pues, se mueve la tierra; pero no en la manera que, en algunos lugares del país —como Antofagasta— lo hace, aún con mínima intensidad, en forma cotidiana: el temblor parece apuntar en dirección a Paraguay, donde está la sede de la Conmebol y, además, en estos días surgió la información acerca de las vinculaciones que podría tener la propia Asociación Paraguaya de Fútbol con las empresas también investigadas por la Fiscalía de Estados Unidos; y no sólo ahora, sino ya en los tiempos —2013, por caso— en los que el presidente de esa entidad era nada más y nada menos que Juan Ángel Napout, el actual titular del organismo rector del fútbol sudamericano.

La otra Copa América, pues, se está jugando. Afuera de la cancha. Donde se había llegado a especular que el presidente de la Conmebol podría no venir a Chile, de acuerdo a las circunstancias; pero vendrá. Y ahí empezarán a jugar los equipos integrados por las miradas de costado. De atención y expectativa, por ahora; y tal vez algo de recelo, más que de desconfianza.

La ANFP cooperará con Estados Unidos.

Jaime Estévez fue elegido presidente de la comisión de clubes que encargará las auditorías contables y legales a la ANFP y luego de la primera reunión del grupo sostuvo que "el caso de los sobornos sobrepasa las fronteras y la denuncia del Departamento de Justicia de Estados Unidos es muy sólida, seria, profunda y rigurosa, como para dejarla a un lado o sentarse a ver qué pasa".

El dirigente explicó acerca de los cometidos de la comisión que "vamos a ver que los balances de la ANFP cuadren y también a constituirnos ante la Justicia norteamericana para cooperar con la investigación, que es muy contundente e involucra directamente a directivos de la Conmebol".

Estévez enfatizó que "uno de los diez presidentes" de las asociaciones nacionales en 2013 "es inocente; y queremos que eso se aclare".

El directivo terminó diciendo que "espero que Chile esté fuera de todo eso; pero tenemos que buscar que se aclare con total y nítida transparencia. No sé qué pruebas tiene el Departamento de Justicia, pero no van a hacer lo que están haciendo si las pruebas no son sólidas".

En el fondo es una batalla política.

Una de las explicaciones de por qué los clubes chilenos le pedirán a la Conmebol que se haga parte en la instancia judicial a la que dará lugar la investigación del FBI y la Fiscalía General de Estados Unidos sobre el pago de presuntos sobornos a dirigentes del fútbol sudamericano, es porque en el plano político desde hace mucho que la dirigencia en Chile está dividida en sectores, en algunos casos muy principistas, y en otros muy radicalizados.

En ese sentido, por ejemplo, el expresidente de la ANFP, Harold Mayne-Nicholls (que en su momento no continuó en el cargo por la presión de algunas de las instituciones más poderosas, entre otros motivos porque quería implantar un reparto más equilibrado de los recursos provenientes de la televisión entre todas las entidades, lo que hizo que Marcelo Bielsa lo siguiera y también se alejara), está enfrentado con el bloque liderado por su sucesor: Sergio Jadue.

La "guerra" es tan abierta y declarada que, si para muestra basta un botón, alcanza con decir que Mayne-Nicholls, nacido en Antofagasta, ocupaba desde hace años un alto cargo técnico en la estructura de la FIFA, por el que percibía un muy buen salario. Sin embargo, cuando desde la sede de Zurich se le hizo notar que debía reducir las diferencias con los máximos dirigentes del fútbol de su país, porque para alguien que detentaba su posición en el plano internacional no era una buena imagen, el antofagastino contestó que "de ninguna manera, con esos señores no transo"; y, manteniendo sus principios, se alejó de la FIFA, dejando de percibir el muy buen salario que cobraba desde hace años.

Por eso, pues, ante la denuncia de la Fiscalía General de Estados Unidos del pago de sobornos a dirigentes del fútbol sudamericano, en Chile se han puesto en guardia, y hasta quieren seguirla, incluso presionando a la Conmebol: hay intereses encontrados, para que la bomba del escándalo de la FIFA haga saltar —y al revés, no— esquirlas para todos lados.

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Blatter

Copa América 2015JORGE SAVIA

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