SEGUNDA PROFESIONAL

Santiago López, que ya estaba retirado del fútbol, regresa para defender a su querido Villa Española, pero puso una cláusula muy especial dado su fanatismo por el grupo musical.

Era automático: cada vez que Santiago López anotaba un gol con Villa Española venía la tarjeta amarilla, salvo que hiciera más de uno. No tenía mejor forma de demostrar su devoción por los Redonditos de Ricota y su principal figura, el "Indio" Solari, que sacarse la camiseta y mostrar la que tenía abajo con alguna imagen de su grupo favorito.

"Bigote", que se transformó en una de las figuras máximas en la historia de la institución no solo por su poder goleador sino también por su compromiso a la causa, llevó esa idolatría al máximo de su expresión.

Luego de que había decidido colgar los botines, López firmó un contrato con una cláusula especial por la cual queda habilitado a ausentarse si los Redonditos o Solari dan un concierto. Esto puede ocurrir incluso todos los fines de semana, porque la cláusula no especifica dónde debe ser ese concierto. Textualmente lo firmado por el presidente Miguel Romero expresa:

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"Si durante la extensión de este contrato el grupo musical Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota o el solista Carlos Alberto Solari más conocido como "El Indio Solari" ejecutan conciertos, el futbolista queda autorizado a ausentarse, previa comunicación escrita al Cuerpo Técnico con copia a la Coordinación Deportiva y Comisión Directiva a los efectos de tomar los correspondientes recaudos".

Por lo tanto, si los Redonditos dieran un concierto en La Quiaca y el "Bigote" lo quiere ir a ver, tiene todo el derecho. Claro, su amor por el club del barrio seguramente pueda más, pero no hay dudas que Villa Española acaba de firmar el contrato más insólito del fútbol uruguayo.