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Construyendo las paredes del nuevo once tricolor

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Eduardo Domínguez en su primer clásico como técnico tricolor

NACIONAL

Eduardo Domínguez piensa en un mediocampo más agresivo y de mayor juego.

Era casi imposible que, en las primeras de cambio, el Nacional de Eduardo Domínguez se mostrara fraguado y preparado para la competencia exigente. Con pocos días de preparación y sin la conformación definitiva del plantel planificado para conseguir los objetivos, solamente en una jornada donde todos los astros se alinearan en su beneficio se hubiese logrado terminar con una sonrisa de oreja a oreja.

Ahora la historia empieza a ser diferente. En primer lugar porque la propia cancha y el juego exhibido por Peñarol le posibilitó al conductor saber a qué tiene que atenerse. Una cosa son los videos y otra muy diferente la realidad que transmite la cancha en esa contienda cara a cara.

En segundo lugar porque hay más horas de carga táctica. Y todo eso ayuda. Colabora en gran medida para que ese afán de Domínguez por conseguir que la identidad de juego comience a hacerse piel en sus jugadores aparezca en mayor medida el domingo.

Quizás sea por eso que esté a estudio y con grandes posibilidades de confirmarse en el Centenario, un equipo más agresivo en la marca y con mayor poder de creación de juego en el mediocampo.

Para empezar, el entrenador argentino apunta a una dinámica casi desacostumbrada para el fútbol uruguayo, quizás factible de ver en partidos de Copa, pero no en la gran mayoría del trámite del juego porque los jugadores se agotan. Y aquí, de paso, ya hay una clara señal de la manera en la que se está trabajando en los tricolores porque en el clásico pasado el único que se acalambró fue Gabriel Neves.

La respuesta física es un elemento prioritario, pero no el único. Forjado en un fútbol donde es casi un pecado regalar la pelota por sacársela de encima, Domínguez quiere que el ritmo no se imponga exclusivamente por los desplazamientos, sino por la rotación del balón y, fundamentalmente, por los pases incisivos que terminan generando el desequilibrio defensivo.

Es por eso que el equipo del domingo comenzará a demostrar la idea del conductor. Es casi un hecho que Felipe Carballo y Matías Cardacio se meterán en una oncena que también tendrá al juvenil Santiago Rodríguez.

El botija es la primera “perla” que el argentino encontró en las formativas del club y al que confía poder ir llevando de forma paulatina.

Por otra parte, no sería para nada llamativo que también haga su estreno el argentino Joaquín Arzura, futbolista elegido por el técnico para sumarse a su proyecto deportivo en los tricolores.

Quizás ahí Neves pueda correr un poco con ventaja por el acople que tiene en el funcionamiento buscado. Igualmente, lo que está claro es que Domínguez busca construir una pared defensiva más fuerte y un juego de paredes más efectivo en ataque.

Felipe Carballo
Más juego
Felipe Carballo. Foto: Darwin Borrelli.

Felipe Carballo entra en las preferencias de Domínguez para iniciar el clásico por la capacidad que tiene para generar juego en corto y en largo. Su pase justo que quiebra las líneas incrementa el potencial de ataque.

Mathías Cardacio
Inteligencia
Mathías Cardacio. Foto: Darwin Borrelli

El “Bochita” intepreta con inteligencia todos los sistemas de juego y ejecuta como nadie los desplazamientos. Su poder de cobertura es esencial para mejorar la marca en el mediocampo. Pinta para titular.

Santiago Rodríguez
Atrevimiento
Santiago Rodríguez, jugador de Nacional

El desparpajo con el que Santiago Rodríguez se desenvolvió en clásico amistoso lo posicionó muy bien para arrancar desde el vamos el de la Supercopa. A Domínguez le gusta mucho la forma en la que encara y se mete entre los volantes y zagueros rivales.

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